viernes, 28 de enero de 2011

Martínez Camino, Canales y Puertos


Leo en el diario ABC, esa hoja parroquial surgida tras la boda canónica entre el Grupo Correo y Prensa Española, que Juan Antonio Martínez Camino, secretario de la Conferencia Episcopal, ha señalado que “uno de los elementos que tienen que ver con la crisis es la política poco favorable al matrimonio y la familia”. Eso es como si yo digo que la crisis económica se debe al deshielo en Groenlandia. Este obispo confunde el culo con la velocidad y el tocino con las témporas. Por otro lado, el obispo auxiliar de Madrid atribuye esas declaraciones de Martínez Camino, sin quitarle una tilde, a Benedicto XVI. ¿En qué quedamos? Lo dice el Papa o lo dice Martínez Camino? Si les digo la verdad, ya me estoy haciendo con la picha un lío. Bueno, tampoco importa mucho a quién de ellos se atribuyen estas perlas cultivadas. Más adelante, Martínez Camino, Canales y Puertos dijo textualmente, y así lo transcribo, que “no se pueden comparar las estadísticas entre los matrimonios civiles y canónicos. Apenas tienen nada que ver. Las estadísticas no reflejan la realidad porque comparan peras con manzanas. ¿Por qué hay más matrimonios civiles? Porque se pueden repetir cuatro veces al año. Además es un contrato entre cualesquiera ciudadanos por tres meses, un contrato mucho más leve que contratar un servicio de telefonía móvil. El matrimonio en España ha dejado de existir en la ley y se ha convertido en una cosa deletérea, irracional y totalmente perjudicial para el bien común”. En resumen, que si una pareja no se casa por la iglesia y lo hace por lo civil convierte su boda en algo que, además de malsano, perjudica el bien común. ¡Átame esa mosca por el rabo!

No hay comentarios: