sábado, 8 de noviembre de 2008

Belloch y el síndrome de Stendhal

Nombrar el edificio del Seminario equivale a nombrar a la bicha. El pobre Belloch, o el pobre Valbuena, que ya no sé muy bien dónde ubicarlo en el espectro político después de sus constantes desatinos municipales, se ha visto forzado a dar marcha atrás a la orden de compra de 36 butacas de lujo, después de la denuncia expuesta a la consideración pública por un periódico aragonés y de las duras críticas ciudadanas. El pobre Belloch, este Valbuena de zarzuela decimonónica, confunde los orzuelos con los defectos del paisaje. En realidad, ya no sé si se trata de un soñador quijotesco, o de un desvergonzado político. Hace una semana, recién llegado de Dubai por una aspiración floral que no interesa al ciudadano, menos aún después de atisbar la punta del iceberg de las cuentas de la Expo, cuentas que dejan pequeñas a las en su día presentadas por Gonzalo Fernández de Córdoba a Fernando V, decidió subir las tasas municipales por encima del IPC, justo en el momento más crítico para el bolsillo de los zaragozanos, o sea, cuando la banca privada endurece más el crédito a las pymes, cuando se agrava la crisis en factorías como Opel, Valeo, Basculantes Pepín, Serviplem, Johnson Controls, sólo por citar algunas, cuando la palabra ERE equivale a temor familiar, y cuando la bajada de los tipos de interés no ayuda mucho a calmar la espeada de Damocles de una constante situación de angustia. Belloch, este pobre Valbuena mal imitador del duque de Sessa, sufre el síndrome de Stendhal, esa situación anímica que se manifiesta después de observar obras de gran belleza en un espacio corto de tiempo y en una misma ciudad. Pero el trastorno lo lleva con templanza. No tiene excitación, melancolía, temblores, sudoración ni pitido de oídos. Lo suyo consiste en mirar al tendido y quedar bonito, como los toreros de postín. Al principio señalé que nombrar el Seminario equivalía nombrar a la bicha. El intento de compra de 36 butacas, a razón de 2.683 euros cada una es la guinda para un pastel incomestible cuya historia, su larga historia, se remonta a la primavera de 2002, con un acuerdo entre el Arzobispado y la Alcaldía mediante el cual tanto el Seminario como el Palacio de Fuenclara pasaban a titularidad municipal. A cambio, el Ayuntamiento recalificaba unos terrenos anejos al Seminario, de propiedad eclesiástica, en los que se preveía construir 420 pisos. En febrero de 2003 el plan urbanístico salía adelante con los votos del PP y la abstención de PAR, PSOE y CHA, que criticaban la "excesiva edificabilidad". Un año después de hacerse con la titularidad del edificio (septiembre de 2003), y cuando todavía quedaban seminaristas internos, el Ayuntamiento seguía debatiendo sobre si eran churras o merinas, es decir, qué dependencias debería instalarse, además del Área de Urbanismo.

UNA TRISTE HISTORIA

En julio de 2005, la Gerencia de Urbanismo adjudica a Arascon las obras de rehabilitación. En enero de 2006, el teniente de alcalde, Antonio Gaspar (CHA), fechaba para mayo el traslado del Área de Urbanismo a ese edificio. En mayo de ese mismo año, Belloch aceptaba convocar un consejo de gerencia extraordinario para explicar lar prórrogas concedidas a la constuctora. El PAR hacía público un informe, que se redactó dos meses antes de contratar las obras, donde se alertaba de las "insuficiencias" en los estudios que se tenían respecto a la estructura del edificio. En junio de 2006, el PAR pedía la reprobación de Antonio Gaspar por la mala gestión urbanística. En septiembre de ese año se adeudan casi 7 millones de euros por parte del Ayuntamiento. Llegan las prórrogas: adjudicación por un plazo de ejecución total de 29 meses. En julio de 2005 Acciona y Arasán logran el contrato de las obras por reducir en un mes el plazo del ala oeste, en el que irá Urbanismo. Su proyecto costará 3 millones de euros más, por ser el más rápido. Más tarde habrá seis semanas de prórroga, a fin de hacer refuerzos estructurales no contemplados inicialmente. El día 30 de abril tenían que haberse entregado las obras del ala oeste, pero el Ayuntamiento concede otras seis semanas más y, así,evita las sanciones a la empresa, ya que se han tenido que hacer "refuerzos estructurales no contemplados inicialmente". La oposición saca a la luz un informe que denunciala la falta de documentos sobre la estructura del Seminario antes de comenzar las obras.Pese a la primera prórroga de seis semanas, el Ayuntamiento concede un nuevo aplazamiento a mediados de julio, también sin sanciones. Concede a la empresa constructora otro mes y medio.El retraso acumulado del ala oeste ya es de 3 meses. A un día de entregar las obras, estamos a 4 de agosto, faltaba instalar el ascensor y construir las escaleras, entre otras obras inacabadas. El Ayuntamiento reconoce el nuevo retraso y asegura que estudiará sanciones.El 21 de agosto de 2006, cuatro plantas del ala oeste del edificio se hunden sin causar víctimas. La Oposición vuelve a pedir la dimisión de Gaspar y recuerda, nuevamente, que la obra se inició sin los necesarios estudios sobre la estructura del edificio. Días más tarde, el 22 de agosto, los funcionarios de Urbanismo se resisten a trasladarse al Seminario tras el derrumbe. El concejal de Equipamientos señala que es " cien por cien" seguro. Nadie le cree. Mientras, Gaspar está de vacaciones y delega las funciones en Agustín Martín(CHA.

ADDENDA

Durante ese mes de agosto nos enteramos los zaragozanos de que, meses antes, en marzo, hubo otro derrumbe en el Palacio de Fuenclara y de que el Ayuntamiento lo había ocultado a la prensa. El derrumbe obligó a cerrar dos comercios vecinos.

BREVE HISTORIA DE UN EDIFICIO

1912.- Rosa Callizo vende por 23.360 pesetas su finca en Casablanca para que se destine a fines benéficos.
1943.-El edificio del Seminario es proyectado por los arquitectos SAantiago Lagunas Mayandía, Casimiro Lanaja Bel y Manuel Martínez de Ubago Chango.
1944.- El Arzobispado adquiere 54.780 metros cuadrados de la finca por 260.150 pesetas.
1954.-El edificio es terminado. La Propiedad se amplía en dos ocasiones y llega a tener 137.155 metros cuadrados, pero otras ventas posteriores la reducen en más de la mitad.

SOBRECOSTE

-Primera estimación del Ayuntamiento antes de la adjudicación (2003): entre 36 y 48 millones de euros. El ala oeste se haría por 15 millones de euros.
-Adjudicación por 50 millones de euros: Arascón y Acciona se quedan la obra por 499 millones de euros. El plazo de ejecución previsto era de 29 meses.
-Nuevos contratos: El Ayuntamiento contrata por 53.000 euros, independientemente del coste total,

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