miércoles, 8 de junio de 2011
Crespón negro en el "Cossío"
No cabe duda de que a los ganaderos de toros de lidia españoles les ha mirado el tuerto. Este año está siendo especialmente cruel. Así, el pasado 18 de abril moría en la carretera, en Higuera de la Sierra (Huelva), Juan Pedro Domecq y Solís Beaumont, de 68 años, cuando regresaba desde Zaragoza a su finca Lo Álvaro. Quien hasta su divorcio fuera conde de Asalto consorte por su matrimonio con María Teresa Morenés Urquijo, había publicado en 2010 un libro interesantísimo, “Del toreo a la bravura”, considerado de gran importancia en el mundillo taurino. Juan Pedro había heredado de su padre, Juan Pedro Domecq Díez, la vacada fundada por su abuelo, Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio, conocida por los famosos “toros de Veragua”. Y en la madrugada del pasado 26 de mayo, Luis Núñez Moreno de Guerra, de 70 años, y su hijo Luis Núñez Núñez, de 37 años, fallecían de madrugada en el kilómetro 16 de la AP-4 en el término de Dos Hermanas (Sevilla). Luis Núñez Moreno de Guerra era hijo de Carlos Núñez Manso, creador del encaste “Carlos Núñez”. Se daba la circunstancia de que en noviembre del año pasado había muerto de enfermedad su hijo Carlos. Ayer, día 7 de junio, fallecía en su finca de Tejada y Segoyuela (Salamanca) Jesús Esperabé de Arteaga y Peralta, de 60 años, como consecuencia de las cornadas producidas por un desecho de tienta que se arrancó inesperadamente cuando iba a recibir un disparo. Jesús Esperabé de Arteaga tenía en la actualidad su ganadería “Hijos de Jesús Esperabé de Arteaga” en venta. Por si todo ello fuese poco, José Ortega Cano se debate estos días entre la vida y la muerte en Sevilla por falta de pericia al volante o por culpa de la maldita carretera. Todos los años son malos para los toros de lidia en los ruedos. Pero, también, este año el “Cossío” luce crespón negro.
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