martes, 14 de junio de 2011

Tahúres de garito


No tiene nada de particular que el obispo de Orense haya suspendido “a divinis” a Antonio Fernández Blanco. Se trata de un sacerdote y, de acuerdo con el Código de Derecho Canónico, a los religiosos pertenecientes a la Iglesia Católica "les está prohibido aceptar cargos públicos que llevan consigo una participación en el ejercicio de la potestad civil y participar activamente en partidos políticos o en la dirección de asociaciones sindicales". El sacerdote Antonio Fernández, en consecuencia, no estaba en situación de libertad para poder concurrir como número dos en la lista electoral del PSOE en La Gudiña. Queda claro que a alguien que desea pertenecer a un club, se le supone que debe aceptar sus normas. Pero, de la misma manera, tales miembros del club en cuestión deben correr con los gastos. Pero la Iglesia Católica no corre con los gastos de su mantenimiento sino que acepta muy gustosamente que el Estado, por aquello de que el Concordato que rige las relaciones entre el Vaticano y el Reino de España gozan de buena salud, le haga entrega a fondo perdido de un montante de casi 10.000 millones de euros anuales, además de otras prebendas. Sólo en centros escolares, se ceden más de 3.500 millones, más otros 600 destinados a pagar a los profesores de Religión u otros docentes en centros concertados. Por si ello fuera poco, el Estado se ha comprometido a correr con la mitad de los gastos de la Jornada Mundial de la Juventud, que incluye la venida de Benedicto XVI a Madrid el próximo verano, sin contar con los gastos añadidos de seguridad, que supondrá alrededor de otros 25 millones. Ya se sabe que las empresas que financien el evento recibirán exenciones fiscales de hasta el 80%. Es decir, otro dinero que no entrará en las arcas públicas. Sólo queda confiar en que, dados los precedentes, este verano no vuelva a suceder algo parecido a lo de Valencia en 2006 con motivo de la última visita papal. Para quien no lo recuerde, le aclararé la memoria diciéndole que el sinvergüenza Francisco Correa, cabecilla de la trama Gürtel de corrupción que permanece en prisión preventiva, usó la visita del papa a Valencia en 2006 para abonar obras en su casa de Ibiza, en Punta Grossa, por las que pagó a través de su empresa Osiris Patrimonial 1,35 millones de euros, según recoge un informe de la brigada de blanqueo de capitales incorporado al sumario del caso. Teconsa le abonó la remodelación a cambio de la adjudicación de Canal 9. Tal vez, si Jesucristo volviera a la tierra, el obispo de Orense y otros funcionarios de la Iglesia, tahúres de garito como él, lo machacarían a cristazos. No tengo la menor duda.

No hay comentarios: