lunes, 16 de junio de 2025

Aquí no dimite ni dios

 

 

 

Dicen que la cara es el espejo del alma. García Trapiello, al que no se le escapa una; y que, curiosamente, siempre mea en el tiesto, señala hoy en su artículo “Dice san Andrés” en Diario de León, que ‘el que tiene cara de algo lo es’. No cabe duda de que la política española está llena de frescos, sansirolés, chulos de bolera y sinvergüenzas, cuyo objetivo final no ha sido la de servir al ciudadano que un día les votaron, en la confianza de que pudieran sentarse en escaños del Congreso para tratar de conseguir algo de utilidad pública. ¡Qué menos! Para eso cobran. Pues bien, escribe García Trapiello: “La cara de Santos Cerdán, por ejemplo, mucha cara, cara de hogaza o pandero, cara de Abad de la Cucaña con casulla porcinera visitando la pocilga para calcular la matancera, cara de in fraganti, cara de hormigón y de hacerse el bobo sin salir de idiota al dejar tanto rastro de la mierda que mercó, patí, pamí y pal ayayay... O la cara de Ábalos, tan del estilo, cara botijo con papada de tripalari en caldereta, cara zoqueta de zampón listillo y muy avieso, cara de queso de bola, cara de monitor tocaculos y tocapelotas, cara espejo de todo lo que tuvo al lado o debajito... O la cara del Koldo, diosmío qué cara, cara siniestra de cabo matón de puertas, cara emboscada bajo antifaz de gafota tintada, cara de obús, cara lanzada a morder con la boca cerrada, cara de machaca, cara furriela de guardián de puticlubs, cara de abracadabra...”. El PSOE que presumía de ‘100 años de honradez’ y que siempre callaba lo de ‘y 40 de vacaciones’ ya no sirve de ‘faro de mareantes’ por haberse transformado en  ‘faro de maleantes’. Y Sánchez, en aparente inopia, se refugia  entre pinos negros, pedrizas y noquedales en el Coto Nacional de Quintos de Mora, en Los Yébenes (adquirido en 1942 por Patrimonio del Estado), para reflexionar sobre no sabemos qué.  Allí fue donde en 2016 una ministra, la vallisoletana Isabel García Tejerina, convocó a altos cargos de su Ministerio (Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente) para realizar un ‘retiro espiritual e intelectual’. Sus paredes, desde entonces, siguen impregnadas de un misticismo monástico donde todavía puede escucharse en gregoriano, arrimando la oreja a los tabiques, el Salmo 50: “Retira tu faz de mis pecados, borra todas mis culpas…”. Pero aquí no dimite ni dios. Por cierto, aquella ministra del PP, que cuestionó la enseñanza en el Sur, fue la que afirmó aquello de que “en Andalucía, lo que sabe un niño de diez años es lo que sabe uno de ocho en Castilla y León". Sólo un imbécil es capaz de hacer tal afirmación. Que tengan un buen fin de semana.

 

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