ESTADO MANIRROTO

Los números son fríos. Resulta que en el primer semestre de este año el déficit del Estado sobrepasó los 38.600 millones de euros. Como dato comparativo, en ese mismo periodo de tiempo del año precedente la cifra se elevó a 4.600 millones. La diferencia, o sea, esos 34.000 millones que separan cada día que pasa al españolito de la Administración, va creciendo día a día como una neoplasia expansiva. El ciudadano se ha apretado el cinturón al límite; las cifras de paro (4’3 millones) disparan todas las alarmas sociales; la deflación galopa como una plaga de Egipto; la anunciada pandemia de "gripe A" espera a las puertas de nuestras ciudades como el caballo de Atila; los coches-bomba (Burgos y Palma de Mallorca) disipan cualquier esperanza de paz, pese a los 50 años transcurridos desde el nacimiento de ETA en un seminario; y, quiénes leemos algo aquí y allá sabemos que eso del “pueblo intrahistórico” de Unamuno, la fuerza supraorgánica, el Jaungoikoa eta Lagi-Zarra de Sabino Arana y el bla,bla,bla, bla,bla,bla, nos deja también fríos, como esos números del primer semestre. De nada sirve leer “El bucle melancólico” de Jon Juaristi ni poner velas a santa Rita de Cassia. Aquí lo que cuenta son los números y, también, la indiferencia de los diputados hacia aquellos ciudadanos que les votaron. De hecho, ya está aprobada una partida de 13 millones de euros para un aparcamiento en la Carrera de San Jerónimo. ¡Con la que está cayendo! También, los miembros del CGPJ pretenden una subida importante de sueldo. Sólo ganan 6.300 euros mensuales. Evidentemente, no les llega la paga al día quince.