domingo, 8 de noviembre de 2009

COSAS DE AYER

Yo les prometo a ustedes que nací después de la Guerra de la Independencia. Sin embargo, recuerdo de niño haber visto en la plaza de Bajo el Olmo, en Terrer, a un señor que me llamaba mucho la atención. Era menudo y muy educado. Se llamaba señor Utrilla, el nombre de pila no lo recuerdo en estos momentos, aunque todos los vecinos le conocían como el tío Rosete. ¡Lo que habrían visto los ojos de aquel hombre! Vestía con calzón corto medias por debajo de la rodilla, camisa, chaleco, chaquetilla corta y sombrero atejado. Para el tío Rosete parecía que no hubiese pasado el tiempo. En cierta ocasión, hablando con él, me contó lo que había supuesto para el municipio el trazado del ferrocarril de MZA. Su padre seguro que había vivido para entonces, es decir, en 1863. Según contaba, por aquellos años hubo una tremenda sequía que agostó todas las cosechas. Los terreños, hartos de que no lloviese, y después de haber sacado a San Pascual en procesión en varias ocasiones y de dedicar multitud de oraciones con miras a que se obrase el milagro de la lluvia, atribuyeron la falta de nubes a la colocación de los postes telegráficos paralelos a la vía. Faltó poco para que tuviera que intervenir la Guardia Civil. La revista Blanco y Negro, años más tarde, expresaría en un chascarrillo todo el sentir de los aragoneses ante el progreso. En una viñeta se ve a dos baturros. Uno de ellos está orinando en un poste de telégrafos mientras el otro permanece quieto observando el cielo. El que está orinando le dice a su amigo: “Pensar que lo que yo estoy haciendo ahora lo saben en Zaragoza...”

No hay comentarios: