domingo, 1 de noviembre de 2009

NI SE MUERE NI CENAMOS

Lo cuenta José Luis Alvite: "Puede que esté equivocado, pero creo que la desesperación del ser humano no empieza al ver cómo merman su libertad y sus derechos, sino en el doloroso instante en el que al ir a preparar la cena de los niños se encuentra vacía la nevera". Primero vivir. En el seno del PP está aconteciendo tal cúmulo de yerros que la única solución será la intervención de la figura del Deus ex Machina, o sea, que aparezca alguien, en este caso Rajoy, (como en las películas americanas, cuando todo parece perdido y entonces aparece el Séptimo de Caballería) y remedie la papeleta en el último instante, terminando con De Cospedal, secretaria general de su partido, de forma abrupta. Camps y Aguirre son más resistente al ataque y puede que hasta consigan mutar como los agresivos virus, creando nuevas cepas. Aznar, mientras tanto, debería dejar de achuchar en la sombra y decir aquello de "un partido, un proyecto, un líder", que nos recuerda el eslogan "una, grande y libre" del viejo escudo franquista con el águila de San Juan rampante. El caso Gürtel y la batalla de Caja Madrid han dejado al PP noqueado. De Cospedal, González Pons y Sáenz de Santamaría, los nuevos brigadieres surgidos del congreso de Valencia, han demostrado ser incapaces para someter a ese manojo de aviesos que han puesto en jaque la alternancia política. La imagen de Ruiz Gallardón se oculta en la bruma de noviembre. Espera en su chiribitil a que un raro ventolín sea capaz de arquear ciertos cadáveres. Rajoy, según Manuel Pizarro, es el pastor y De Cospedal debería ser el perro que muerde. Como ven, ni una cosa ni la otra. Ni se muere, ni cenamos.

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