jueves, 5 de noviembre de 2009

PARA IMITAR A AUSTRIA

Lo que me faltaba por oír. Ahora resulta que las oficinas de farmacia austriacas venden, además de específicos, pescado fresco. De momento han puesto a la venta la trucha ártica ahumada, considerando sus elevados niveles de ácidos grasos omega-3 ¡Chupa del frasco! ¿Ustedes imaginan qué sucedería en España si nos acercásemos a esa hora intempestiva de la noche a una farmacia de guardia para pedirle al mancebo cuarto y mitad de palometa?
--Se me acaba de terminar, pero tengo una lubina fresquísima, recién traída de Benicarló.
--Bueno, ponga un kilo y medio. ¿Y mejillones? Tiene mejillones?
--También. De roca, magníficos.
--¿Alguna cosita más?
--Sí, una caja de aspirinas y otra de condones.
--¿De qué talla?
--Hombre, no sé...
Aquí, en España, para no ser menos que los austriacos, pronto veremos en las farmacias de los pueblos con playa establecimientos en los que vendan, además de medicinas, chupetes y potitos “Bledine”, uvas del Vinalopó, bombillas de bajo consumo, planchas, ordenadores y hasta flautas traveseras, para echar el viento por arriba y evitar el abuso de “Aero-Red”. El pescado se vende menos por estos pagos, por el precio. Si acaso, sardinas rancias en salazón en tabal de madera. No sé si tendrán ácidos grasos omega-3, o freno y marcha atrás, pero sirven para hacer ejercicios manuales. Pelarlas lleva su tiempo.

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