lunes, 16 de noviembre de 2009

REVOLCADOS EN EL MERENGUE

Vamos a ver si somos coherentes. Por un lado, Isabel Durán, en el programa “La Noria”, se pasó la noche del pasado sábado enseñando a los televidentes un muñequito de plástico ( “el bebé-Aido”) y señalando a los tertulianos que eso era un feto de doce semanas. Por otro lado, De Castro, el cura de Vallecas que da la comunión con rosquillas y vaqueros, pisando en el suelo, le espetó: “no conozco una ley que prohíba el hambre”. Pero hay más, a los nacionalistas vascos nos les agrada la llegada del obispo Munilla a San Sebastián. A Arzallus no le gustó nada la llegada en su día de “un tal Blázquez”. Urkullu, más condescendiente, ha señalado que “el PNV no hará declaraciones”. Algo más concreto ha sido el diputado general de Guipúzcoa, Markel Olano, al referirse a posibles “negatividades”. Y en medio del merengue, los españoles, que acrecientan sus preferencias futuras de cara a los comicios de 2012. Suben puntos Rajoy y Rato. Según determinadas encuestas, ambos les parecen “más simpáticos”. ¿Rato, simpático? No me digas... Y ahora viene lo gordo. Laura Garrido, recién aterrizada en el Consejo de la Juventud del Gobierno de Extremadura, ha puesto en marcha unos cursos de educación sexual entre los jóvenes, por aquello de que los extremeños se tocan, que han levantado ampollas por todo el cuerpo a Martínez Camino, a Juan Manuel de Prada y a toda la caverna. En fin, no tengo nada en contra de esos cursos. Allá cada uno con su mano. Lo que ya no me parece bien es que Laura Garrido, directora del Consejo de la Juventud, se eche al bolsillo 3.000 euros mensuales, o sea, como un director general, precisamente en la Comunidad española que cuenta con mayor número de cargos públicos. Eso sí que clama al cielo.

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