sábado, 28 de noviembre de 2009

A VUELTAS CON EL "CORONA"

Que treinta años después de un tremendo atentado terrorista se conceda la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a cuatro ciudadanos, se me antoja como un sarcasmo. Durante mucho tiempo, las autoridades “exigieron” a los familiares de los fallecidos en el incendio del zaragozano Hotel Corona de Aragón que se abstuvieran de pregonar que aquello había sido consecuencia de un atentado terrorista. Para las autoridades de entonces, con su acostumbrada autoridad autoritaria, el triste suceso había sido la triste consecuencia del fuego iniciado en la freidora de churros de “Formigal”, la cafetería situada en los bajos de hotel. No está mal que, ahora, cuando casi termina una década, pero de otro siglo, el delegado del Gobierno lea poemas de Machado, se entreguen reparaciones en forma de colgajo y se indemnice por parte del Estado a los herederos de las víctimas. Un poco tarde. Aquellos terroristas, los de entonces, ya están sueltos desde hace tiempo o no se les detuvo nunca; la gran cruz la sufrieron las familias rotas aquel 12 de julio; lo de recitar versos machadianos queda bien para adornar encuentros literarios y en las entregas de flores naturales; y las indemnizaciones a fin de “reparar, reconocer y hacer justicia” las ha tenido que hacer efectivas el Estado, dada la insolvencia de unos terroristas con nombres y apellidos, que ya dejaron de serlo tras el cumplimiento de su condena.

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