lunes, 20 de septiembre de 2010
Cementerios de elefantes
En este país no hace falta que se apruebe ley alguna sobre la eutanasia. Con meter a un anciano en determinada residencia en la que ni se le echa en falta ni nadie conoce dónde está, el resto llega por añadidura. Lo acontecido en una residencia geriátrica de Ciempozuelos el pasado fin de semana es una prueba evidente de lo que aquí afirmo. Luis Miguel Aranda era el encargado habitual de llevar cada mañana a dos ancianos en sillas de ruedas hasta una residencia de día. Pero, por una distracción imperdonable, se marchó a su casa y dejó a aquellos ciudadanos impedidos dentro de la furgoneta hasta bien entrada la noche. Pero, como no regresaban a sus domicilios, las respectivas familias preguntaron y nadie sabía darles respuesta. En un momento dado, Luis Miguel Aranda, que así se llama el conductor, recordó que los había dejado olvidados en el interior del vehículo. Cuando fue a comprobarlo, ambos estaban muertos. Pero lo más surrealista, si cabe, es que la juez encargada del caso lo puso en libertad a las pocas horas, alegando que “en su primera declaración había reconocido los hechos, tiene arraigo en la zona y no hay riesgo de fuga”. O sea, que manzanas traigo. Queda claro que en España los ancianos sólo causan molestias, son un coste para la Seguridad Social y no producen riqueza. Servir, lo que se dice servir, sólo sirven para que echen el voto dentro de la urna cada cuatro años, si es que todavía viven para entonces. Los viajes del Imserso y esas zarandajas de carácter social están muy bien sobre el papel, pero la verdad es otra. En los “cementerios de elefantes”, eufemísticamente denominadas “residencias para la tercera edad” se paga mucho y se recibe poco. Y me consta que en algunas de ellas, regidas por religiosas, “ayudan” a los ancianos residentes a introducir el voto en el sobre cada vez que hay comicios para “evitar que se equivoquen”. Y votan, claro que votan. Pero, ¿a qué partido político? Dejo la respuesta en manos del lector, al que considero inteligente.
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