jueves, 9 de septiembre de 2010
Huelga general, ¿contra quién?
A Belén Esteban le ha salido un competidor en la tele: Chiquilicuatre. Ha sido una idea de UGT para anunciarnos que el próximo día 29 habrá una huelga general, pero ¿contra quién? ¿Contra el Gobierno? ¿Contra la Derecha? ¿Contra los empresarios? ¿Contra los prestamistas? Eso no termina de aclararlo Candido Méndez en su anuncio televisivo. O al menos yo así lo entiendo. De cualquier manera, sacar en la pantalla de la televisión en momentos de máxima audiencia a ese personajillo llamado Rodolfo Chiquilicuatre me produce un cierto sarpullido. Ya lo llevaron los del “comité de expertos” a la edición del festival de Eurovisión de 2008 para que diese la nota “perreando” a todos los televidentes con su “Chiki chiki”, y lo lograron. Quiero decir que lograron hacer el ridículo más espantoso. David Fernández Ortiz, que tal es su verdadero nombre, ahora se ha prestado a calentar las movilizaciones laborales por cuenta ajena. Si la reforma laboral que propone el Gobierno “es la más agresiva de la historia”, no entiendo cómo los líderes sindicales han permanecido tanto tiempo en el silencio de los corderos. Tampoco vislumbro cómo, cuando a los funcionarios se les ha rebajado el sueldo y a los jubilados se les ha congelado, esos sindicatos no cargan contra los responsables de esas drásticas medidas, o sea, el equipo de Zetapé. Esta huelga general articulada por unos liberados que actúan como unos funcionarios bis, y que sí han recibido dinero abundante del bolsillo del contribuyente durante el presente año, casi coincide con el anuncio de Cristina Garmendia de dejar el Ministerio de Ciencia e Innovación, uno de los departamentos más castigados por los recortes de presupuesto. En España se invierte poco, más bien casi nada, en I+D+i. Zetapé, que nada contra corriente de forma torpe, todavía no se ha enterado de que hemos cambiado de siglo y de que se está poniendo fin a un ciclo económico: el del trabajo en cadena, hacia cuyos trabajadores (que ya no son famélica legión) los sindicatos dirigen la próxima huelga de forma incomprensible. Craso error. Garmendia quiere marcharse a la empresa privada, donde ganaba diez veces más. Le alabo el gusto. Lo de Trinidad Jiménez en Madrid, y lo de Celestino Corbacho en Cataluña, es harina de otro costal. Ambos pretenden meterse dentro de la crisálida y permanecer agazapados en su interior hasta que pase el naufragio, e intentar brotar de sus cenizas como el ave Fénix. La sanidad transferida a las Comunidades Autónomas se ha degradado por falta de recursos y exceso de extranjeros; y trabajo no hay para nadie. Ante semejante avería en las tripas del Estado, las ratas son las primeras en abandonar el barco.
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