martes, 23 de agosto de 2011
Venenos y dosis
El arresto de la auxiliar de cocina, Zoubida E.H, no sé por qué, me ha hecho gracia. Sí, soy consciente de que de ninguna de las maneras se debe atentar contra la salud pública, ni tendría ninguna gracia que alguien lo pretendiese. Lo que sucede, y que me perdonen los meapilas, es que me ha venido a la cabeza un viejo chiste de unas monjitas, de unos ladrones que pretendían robar en el convento, y de las posteriores declaraciones de la madre superiora del convento al oficial de la comisaría. Ella insistía en que “nos querían envenenar”, ante el asombro del funcionario. Bueno, hasta aquí. No puedo seguir contando el chascarrillo so pena de tener que buscar de inmediato una catedral para confesarme con el canónigo penitenciario de retén. Se ha marchado el Obispo de Roma a ese país de sólo 44 hectáreas pero queda entre nosotros Kiko Argüello moviendo la fe de los jóvenes en la plaza de la Cibeles y Rouco Varela haciendo la digestión de toda una semana de espectáculo integrista. Todavía no se sabe qué diablos era lo que echaba en los pucheros la tal Zoubida E.H en el restaurante Chef Rubio de Ampuriabrava. Sólo se sabe que echaba unos polvos (con perdón) de color verde a la cazuela de los guisos. ¡Quién sabe! Tal vez se tratara de perejil molido y deshidratado y nada pueda probarse en su contra. Con el veneno ya se sabe, lo malo no es su grado de toxicidad sino la dosis administrada. Y, al menos que a mí me conste, todavía no ha aparecido ningún comensal de ese restaurante con un episodio de fuertes dolores de barriga ni tampoco yéndose de vareta. Para mí que la ayudante de cocina Zoubida E.H. añadía a los guisos especias típicas de su país, que tampoco sé cuál es, de la misma manera que Celedonio, el barman que prepara un “Cóctel Rosa”, en el bar de copas “Luna Brava” que hay cerca de mi casa, le añade al vaso mezclador, además de la ginebra seca, el vermú Noilly Prat, la granadina, el hielo, el zumo de limón y dos golpes de absenta (también llamada “el hada verde”). Nadie se queja cuando se lo echa al coleto. La absenta, prohibida durante mucho tiempo en toda Europa excepto España y Portugal, y cuyo ingrediente principal es el ajenjo, contiene tuyonas, un principio activo que en dosis excesivas produce alucinaciones y daños cerebrales. Por eso afirmaba que lo malo no es el veneno en sí, sino la dosis. A Zoubida E.H. habría que empezar por preguntarle qué es lo que añade a los guisos. Cada maestrillo tiene su librillo.
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