jueves, 4 de agosto de 2011
Dos reflexiones
Es conveniente que los españoles nos fijemos en dos reflexiones importantes ante la situación alarmante creada en España por los vaivenes de los mercados internacionales. Una, la de Santiago Carrillo en el diario “El País”; otra, la de Pablo Sebastián en “República.com”. Empezaré por la última: “Zapatero no sabe que hacer, Rubalcaba menos aún y Rajoy tampoco, porque imaginamos que si el líder del PP tiene en su poder alguna fórmula para salir del atolladero –al margen de la cantinela de las elecciones y del cambio de Gobierno- no dudaría en ofrecerla por el bien de España y por el suyo propio. Porque Rajoy corre el riesgo real de presidir un país en quiebra y con una revuelta social sin precedentes si gana las elecciones como parece y todo sigue como va”. Ahora, las declaraciones de Carrillo: “De golpe, el porvenir que se ofrece a los ciudadanos -refiriéndose a los españoles- es la liquidación del Estado de bienestar, la sanidad pública gratuita, la educación pública, las pensiones, el derecho al descanso. Es decir la vuelta a las condiciones de vida del siglo XIX anulando el progreso alcanzado en más de 100 años de lucha y que han sido la base de la democracia moderna. Y por el momento, un desempleo brutal que afecta ya gravemente también a aquellos que aún tienen un trabajo que conservar cediendo a las exigencias de los empresarios; la puesta en cuestión de progresos como la negociación colectiva, la reducción de salarios; la precariedad de los empleos; la disminución del sueldo de los funcionarios y la reducción de su número; y los desahucios; la falta de crédito para las empresas, etcétera. Todo esto es la causa de que la indignación cunda incluso dentro de los partidos que se disputan el poder y hace que el 15-M no sea más que la superficie de un oculto iceberg, que puede hacerse insostenible”. En fin, la prensa hace su papel, como no podría ser de otra manera. Y se ha convertido en ese termómetro que se aplica a los lectores para conocer su grado de ansiedad ante la incertidumbre. Los lectores, últimos destinatarios de esos esfuerzos periodísticos, conocen las líneas editoriales del “producto” que cada mañana adquieren en el quiosco con intención de informarse. Y en prensa, por desdicha para el lector, no todo lo que el ciudadano se lleva a casa al punto de la mañana, le informa. Por desventura, digo, en demasiadas ocasiones, cierta prensa -y estoy refiriéndome a determinados periódicos de butacón de casino de pueblo- deforma la realidad hasta convertirla en un espejo defectuoso que sólo alimenta el resentimiento. Y ya advierto a los posibles lectores de mi modesto “blog” que “El País” de ninguna de las maneras entra en ese retozo sórdido. Si algo se me enseñó de niño fue que nunca se debe hacer leña del árbol caído. Mal está lo que mal parece. Y reconozco que mal está, por ejemplo, que la ministra Salgado pretenda gastar durante las próximas navidades 638.750 euros "para el suministro y distribución domiciliaria de los lotes de Navidad para empleados, en la Comunidad de Madrid y la provincia de Burgos", como el pasado martes se anunciaba en el BOE, destinados los empleados de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre y la Real Casa de la Moneda, dependiente del Ministerio de Economía y Hacienda. Pero mal está, también, que González Pons exija ahora “que se acometan reformas profundas o que se adelanten las elecciones generales”, contempladas para 20 de noviembre, considerando, y son palabras textuales del vicesecretario de comunicación del PP, que “España no está para desperdiciar tres meses hasta noviembre mientras paga un interés altísimo por su deuda y sufre los ataques de los especuladores internacionales”. Y de ser como Pons desea, ¿acaso tiene Rajoy en su poder el “bálsamo de Fierabrás” para disipar nuestros males? Mire, Pons: por favor, no me haga usted reír, que se me despeina el bigote.
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