jueves, 29 de diciembre de 2011
El salario del miedo
Congelar el salario mínimo interprofesional en 641’40 euros mensuales, algo impensable desde su creación en 1980, equivale a condenar a la miseria más vergonzosa a una gran parte de la población española. El ciudadano no puede arruinarse a costa de un Estado. Si la primera medida de austeridad del nuevo Gobierno consiste en frenar el poder adquisitivo de los más desfavorecidos, apaga y vámonos. El “voto del miedo” favorable a la derecha, ejercido por una gran parte de las capas más bajas de la sociedad y expresado en las urnas el pasado día 20 de noviembre, se ha convertido en un bumerán de difícil acomodo. La crisis de enorme calado que padecemos los españoles, aunque unos más que otros, que comenzó con la quiebra de Lehman Brothers, con un agujero de 400.000 millones de dólares, que siguió con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria y que se agudizó con la conjunción de la tremenda avaricia de los bancos, por un lado; y de las malas artes de determinadas cajas de ahorro manejadas por políticos desaprensivos y determinados obispados más dispuestos a “pastorear” al becerro de oro que a los creyentes de su Iglesia, por otro; ha sido el cóctel deletéreo de nuestro empobrecimiento galopante. En este sentido, Xavier Vidal-Folch, comenta hoy en “El País” que “Montoro enfrenta el toro de disciplinar a los demás ministerios. Guindos deberá inspirar toda la política económica, dar confianza al exterior, y resolver un problema de imagen”. Y líneas más abajo sigue recordándonos Vidal-Folch que “mucho chisgarabís minimiza su paso –el de De Guindos- por Lehman Brothers (del que el interesado dijo que había sido una ‘apasionante aventura’), como algo fugaz: pero estuvo ahí un quinquenio, de 2004 a 2009, primero, como asesor internacional y, luego, como presidente ejecutivo de la filial ibérica”. En fín, ya veremos dentro de unos meses adónde nos conducen estos dos conductores de trenecillo de tiovivo.
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