Me entero de que el escultor
Ricardo Flecha está esculpiendo a santa
Wilgefortis yaciente, joven que según algunas tradiciones fue
crucificada. En la revisión de febrero de 1969 del
Libro de los Santos,
Pablo VI suprimió bastantes falsos
ejemplos de virtud, hasta entonces considerados dignos de veneración en los
altares. Entre ellos se encontraban santa
Bárbara,
san
Cristóbal, san
Jorge de Capadocia y santa Wilgefortis,
en otros lugares llamada santa
Librada.
La tradición cuenta que Wilgefortis representa a una mujer barbuda crucificada.
Sobre esa falsa santa existen varias leyendas. La más extendida hace referencia
a que fue una de las nonellizas nacidas de un solo parto, que vivió en el siglo
VIII, que era hija del
rey de Portugal,
prometida por su padre al
rey moro de Sicilia.
Pero Wilgefortis tomó el voto de castidad para evitar esa boda indeseada y
pidió a Dios que la convirtiese en un ser sin atractivo sexual. Con el tiempo,
a Wilgefortis le creció pelo por todo su cuerpo y el moro la rechazó. Por ese
motivo, su padre la mandó crucificar. Ahora se sabe que Wilgefortis fue un caso
de anorexia nerviosa avanzada, donde pueden producirse claros desequilibrios
hormonales. Se la representa como una niña en el inicio de la pubertad con
túnica,
barba, un pie descalzo y clavada
al madero. Hay que entender que en la Edad Media era común representar a
Cristo en la cruz con túnica larga,
barba frondosa y corona real; práctica que desapareció a partir del siglo XI.
El clásico ejemplo es una imagen del Mesías del periodo bizantino conocida como
Volto Santo, de
Lucca, o en una tabla policromada de 1678 existente en el
Museo Municipal de Schwäbische Gmünd
(Alemania). Cuando los peregrinos empezaron a difundir copias del
Volto
Santo en distintos puntos de Europa, la imagen ya no se reconocía como
representación de Jesucristo crucificado, sino como una mujer martirizada, o
sea, como Wilgefortis. De ahí la probable confusión.
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