martes, 9 de octubre de 2012

Dónde habitan las manolas




El pasado domingo, día 7, fue como si a todo dios le hubiera dado por vestirse de carnaval. En Zaragoza, la presidenta de la Comunidad, Luisa Fernanda Rudí, asistía en la Plaza de las Catedrales a una parada militar presidida por el ministro del Interior (que últimamente se prodiga como la sal en todas las borrajas) y donaba una bandera a la VIII zona de Benemérita que había costado a la DGA casi 6.000 euros. Y Rudí, que también recibía una condecoración por no sabemos qué méritos contraídos, se paseaba en mañana soleada por la plaza-adefesio de González Triviño vestida de manola, o sea, de negro, con zapatos de chúpame la punta, mantilla española y peineta. Un conjunto que hasta es posible que repita durante el insufrible Rosario de Cristal, donde se aprovecha por los “misicas” que mean en arco para empujar y airear la maqueta del Alcázar de Toledo o la carroza de los remolacheros, es decir, lo que ahora se llama  farol de la Asunción de Nuestra Señora, que fue “donado” por  los remolacheros y azucareros españoles en 1956. Lo de “donado” es necesario ponerlo entre comillas. A los remolacheros no sé, pero a todos los trabajadores de las azucareras, que entonces había muchas en España, les restaron de sus nóminas correspondientes, sin preguntarles  si deseaban hacer o no tal aportación, una determinada cantidad de pesetas con el único fin de poder financiar el dichoso farol,  además de una copia reducida que sería enviada al Palacio del Pardo. Y el pasado domingo, digo, en el Vaticano, a la misma hora, aparecían de manolas la vicepresidenta del Gobierno y la secretaria general del PP con motivo de los nombramientos papales de doctores de la Iglesia Universal a san Juan de Ávila y a santa Hildegarda de Bingen, mujer a la que, pese a haber nacido en 1098, curiosamente, la Iglesia Católica había olvidado elevarla a los altares, subsanándose tan “incomprensible error” el pasado 10 de mayo. Yo tenía entendido que las manolas eran tres hermanas pianistas muy conocidas en Granada. Pero esas eran otras manolas, las manolas de Federico García Lorca: “Granada, calle de Elvira, / dónde viven las manolas, / las que se van a la Alhambra, / las tres y las cuatro solas. / Una vestida de verde, / otra de malva, y la otra, / un corselete escocés / con cintas hasta la cola”. Estas manolas de ahora, Rudí, Sáenz de Santamaría y De Cospedal,  representan ese reducto cañí en el que habitan las inquilinas de “La casa de Bernarda Alba”. Es el residuo sombrío, opaco y estrambótico de la España de garbanzo y sacristía que aborrezco con todas mis fuerzas.

lunes, 8 de octubre de 2012

Claveles con "copyright"




Ahora sí que alucino a colores. Nunca creí que una planta pudiera tener  “copyright”. Lo leo en la edición de ABC de Sevilla. Resulta que un floricultor de Chipiona ha sido condenado por el Juzgado de lo Penal número cuatro de Cádiz, y contra la que no cabe recurso, a seis meses de prisión, multa e indemnización por daños y perjuicios, por reproducir un clavel de la variedad protegida con el nombre de “Westroman”. Según la sentencia dictada por el juez, se ha cometido un delito contra la propiedad intelectual, que se encuentra tipificado en el artículo 274,3 del Código Penal. La denuncia había sido presentada en su día por Gestión de Licencias Vegetales. Hace tiempo, me pareció excesivo que a un pobre hombre le multasen por recoger del campo un ramillete de flores de  manzanilla, por estar protegida. Algo parecido viene sucediendo en Aragón con las hojas de acebo, esas de las postales navideñas, cuyas drupas rojas constituye la principal comida del urogallo, ave que parece estar en extinción. De ahora en adelante será necesario andar con pies de plomo cuando caminemos por el campo y tener sumo cuidado con las florecillas del camino que podamos ir recogiendo. En una curva, cuando menos lo pensemos, aparecerán los agentes del Seprona y  tendremos el lío asegurado. El floricultor de Chipiona hasta es posible que hubiese tenido menor condena de haber plagiado un libro de Delibes o de Marías y lo hubiese vendido en la madrileña cuesta de Moyano como si fuese propio. Cualquier día tendrá “copyright” hasta el perejil. Por algo se empieza.

domingo, 7 de octubre de 2012

La comedia nueva




Me viene a la cabeza la obra de Leandro Fernández de Moratín, comedia satírica en dos actos también llamada “El café”. Se trata de una breve pieza metateatral cuyo objeto era la crítica del efectista drama histórico contemporáneo, estrenada en el Teatro del Príncipe en 1792. Eso, aquí y ahora, se traduce como el sorteo de Navidad en época de crisis. Le ha tocado el “gordo” a la Virgen del Pilar en forma de medalla de la Benemérita; y la pedrea, en forma de colgajos de valor simbólico, a 53 miembros de la Guardia Civil, a la presidenta de la Comunidad Autónoma, Luisa Fernanda Rudí, que hoy actuaba como madrina del Cuerpo, al alcalde Belloch, al locutor Carlos Herrera, al embajador de Chile,  a una mujer embarazada y a uno de sus hijos y a algún ciudadano más que ahora se me escapa. Se ha echado en falta que en el discurso de hoy, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, que ya hizo el mes pasado un florido y adornado pregón en las fiestas de Calatayud, se refiriese al contubernio judeo-masónico, posible responsable de la crisis y de todos nuestros males patrios. Parece como si en Zaragoza se hubiera presentado Francisco Franco en carne mortal para dar la bendición “urbi et orbi”, hisopar a los presentes y recordar a todos que, “cuando al transcurrir los días parece que el tiempo marcha, vuelve”. Apenas han transcurrido diez meses desde la llegada de Rajoy a la Moncloa y parece como si se hubiera hecho uso de la moviola histórica en una rara sinrazón esperpéntica. Estos días en que los expertos están analizando la momia del general Prim, podría ser el preámbulo de la exhumación de Franco en Cuelgamuros para ponerle pilas a sus restos y comprobar si es posible que mueva una mano o que eche a andar como un autómata. Pero volvamos a la crónica que ha dado el domingo: mientras esas cosas pasaban en la plaza de las Catedrales, un grupo, en este caso no muy grande de policías y guardias civiles, todos ellos vestidos de paisano, hacían pitadas frente a la Delegación del Gobierno en Aragón. Rudí, que iba ataviada con mantilla española, parecía como si ejerciese de madrina en la botadura de un buque de la Armada. Je, je, destructor “ Luisa Fernanda Rudí”, ¿se imaginan? A este paso todo se andará, si la vara no se rompe.. Es cuestión de hablar con Morenés, ahora que Rota va a tener un paraguas antimisiles y no sabemos cuántos impermeables. La peineta española, cuando la visten con mantilla negra de encaje fino las presidentas de nuestras Comunidades Autónomas (recuerden a Cospedal en el Corpus de Toledo) es la mejor manera de vender la marca España. Ya verán, ya, cuando la foto de Rudí con peineta  aparezca en el ‘The New York Times’ junto a los fajines rojos y los tricornios acharolados de los mandos de la Guardia Civil. Va a ser la bomba. Bueno, pero a lo que iba. Cuentan que la confección de la bandera que hoy ha entregado Rudí a la VIII zona de la Benemérita ha costado más de 5.000 euros. A la hora de los discursos, entre el ambiente sonoro de los pitos y las flautas de las fiestas pilaristas, ha hablado Rudí cuando le ha llegado su turno de palabra. Y ha aprovechado para “advertir a quienes en medio de esta crisis ‘vean la ocasión de dañar a España’ que ‘fracasarán’ porque este país -ha dicho- sigue siendo ‘una realidad viva y en marcha, una comunidad de personas libres y dispuestas a seguir adelante. (…) Aquel que dañe los símbolos “dañará la libertad y la igualdad”. Ya estamos otra vez con el contubernio judeo-masónico con ventanas a la calle. Por cierto, era incontable el número de furgones de la Policía por los alrededores. Me recordó por un momento a  Madrid el pasado día 25 de septiembre. ¡Qué horror! El delegado del Gobierno, Gustavo Alcalde, también ha aprovechado para declarar a Europa Press que “si para cualquier español de bien es preocupante que haya personas que silban y gritan al himno nacional es especialmente preocupante, impresentable, que detrás de esos gritos estén unos sindicatos policiales. (…) Si la pitada de hoy hubiera ocurrido en Francia estarían detenidos”. ¡Chupa del frasco, Carrasco! ¿Oiga, Alcalde, quiénes son para usted “españoles de bien”?  Es curioso el desdoblamiento que hace la Derecha más rancia a la hora de clasificar a los españoles: en “españoles de bien” y “el resto”. A ese “el resto” pertenece la inmensa mayoría de ciudadanos, que trabaja en lo que puede y le dejan, que lucha por sus sueños truncados, que no se mete con nadie y que se manifiesta en las calles de las grandes ciudades cuando comprueba que se han deteriorado unas conquistas sociales que llevaron muchos años de esfuerzo colectivo y que causaron muchas desdichas personales por causa de la humillante “Brigada político- social” y del  TOP. Los otros, los “españoles de bien” son, supongo, aquellos que ahora, a falta de mejor cosa que hacer dentro de un evidente  desgobierno, arremeten contra los autos del juez Pedraz cuando no se amoldan a sus antojos de partido, como antes lo hicieron contra el juez Garzón, mean agua bendita, condecoran a la Virgen sin saber muy bien a cuento de qué y se saben poseedores de la cuerda de trenzado. Y el conjunto de unos y de otros formamos un Estado variopinto y multilingüe, donde no caben ni usando calzador las asimetrías ni las fisuras de unos pocos.

viernes, 5 de octubre de 2012

Un despropósito llamado Castelao




Fátima Báñez se ha cubierto de gloria nombrando el pasado lunes a José Manuel Castelao Bragaño, de 71 años, presidente del Consejo General de la Ciudadanía en el Exterior, dependiente del Ministerio de Empleo. Ahora dice ese hijo de Satanás que su renuncia no tiene nada que ver con el comentario, sino con su situación personal y que nadie le ha pedido su dimisión. El que fuera diputado del PP en el Parlamento de Galicia entre 2005 y 2009, es un perfecto descerebrado que debería estar en la cárcel una buena temporada por haber hecho apología sobre el desprecio de género. ¡En qué país vivimos! La ministra Báñez está en la obligación de dar una explicación pública sobre el nombramiento de este mal nacido. ¿Parece ser que Castelao estaba molesto porque no podía obtener el acta final de una reunión de la Mesa de Educación y Cultura, en Santiago de Compostela. Y fue cuando dijo: “No pasa nada. ¿Hay nueve votos? Pongan diez… Las leyes son como las mujeres, están para violarlas”. Y se quedó tan pancho. Personalmente siento vergüenza ajena y me molesta que este gañán haya sido diputado del PP en el Parlamento Gallego, que haya cobrado con cargo al Estado durante cuatro largos años y que, durante ese tiempo, haya representado a todos los ciudadanos de esa Comunidad Autónoma. De igual manera, los dirigentes del Partido Popular deberían dar una disculpa ahora, aprovechando los mítines del periodo electoral. Que se sepa que tipo de individuos hay infiltrados en sus filas. Y que se conozca, de igual manera, con qué informes curriculares cuenta la ministra Báñez a la hora de hacer determinados nombramientos desde su responsabilidad.

jueves, 4 de octubre de 2012

Un salto adelante




 

Cuando Mariano Rajoy dice que  está convencido de que Europa dará un salto adelante pronto, no sé muy bien a qué se refiere. Espero que no se trate de dar un paso adelante para arrojarse por el acantilado, como hará España dentro de pocas fechas, cuando solicite el segundo rescate. De momento ya ha asegurado Luis María Linde que en este país se harán más recortes por incumplir el déficit, al tiempo que  los sindicatos ya estudian convocar una huelga general para el 14 de noviembre. Y ante el mareo y dolor de cabeza que sufrimos los españoles con tanto salto mortal en el vacío, hemos recibido la comprensión de Alemania, cosa que es de agradecer. Tanto es así que los laboratorios Bayer han decidido que la totalidad de la producción de aspirinas se concentre en la planta asturiana de La Felguera. ¡Cómo nos verán de mal! Ahora sólo falta que la familia Uriach nos facilite la biodramina necesaria en estos casos. Mariano Rajoy debería ahora  intentar el más difícil todavía, es decir, saltar en parapente sobre el edificio del Reichstag. Sería un gran golpe de efecto para la señora Merkel. Eso sí, sin la compañía de Esperanza Aguirre, que trae mal fario. Recuerden lo del helicóptero, el 2 de diciembre de 2005, cuando las Brigadas Especiales de Seguridad Ciudadana de la Comunidad de Madrid estaban intentando despegar desde la plaza de toros, pasadas las 12.30 horas, y pretendían sobrevolar el muro exterior del ruedo. Esperanza Aguirre salió del interior de aquel amasijo de hierros retorcidos gritando “Estoy viva y entera, como el alcalde, como el presidente, como el piloto, como el cámara y el copiloto”. Cuando decía lo de “el presidente” se refería al presidente de su partido político, o sea, a Mariano Rajoy. Hombre, una caída desde ocho metros de altura no es mucho, pero saltar en parapente sobre el Reichstag tiene más riesgo. Puede hasta quedarse colgado de un pararrayos,  atravesar la cúpula de Norman Foster y sentarse en un escaño mirando hacia Vigo, o darse de narices contra el Bundesadler, o sea, el águila rampante que preside la sala de plenos. En fin, ya veremos qué ha querido decir con lo del salto adelante. Vamos a tocar madera.


miércoles, 3 de octubre de 2012

Belloch contra Albar




El alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, se enfada como un antropoide y arremete con todo lo que se acomoda en su cerebro. Me recuerda en cierto modo a Romero Robledo, cuando cada voto le costaba un duro ¡de los de entonces! Claro, como Juan Alberto Belloch no tiene un duro y se encuentra haciendo equilibrios en la cuerda floja, necesita de alguna manera “devolver el favor” de haber sido votado por un determinado número de ciudadanos, haberse aupado a la Alcaldía (eso sí, con el favor de IU y CHA) y mantenerse en el cargo, que no es poco. Y supone que la mejor forma de “agradecerlo” es manteniendo viva la llama de un  continuo circo populachero. Más circo que pan, claro, ya que los recortes sociales son de libro. Ahora le ha tocado el turno al juez Javier Albar, que lo único que hace es cumplir con su obligación, es decir, dictar sentencias. Mal está hablar de un compañero de carrera. No es ético ni estético. Juan Alberto Belloch es magistrado en excedencia y puede estar o no de acuerdo con las sentencias judiciales, pero tiene la obligación de respetarlas. Decir, como acaba de señalar, que Javier Albar “trata en sus resoluciones al Ayuntamiento de la capital aragonesa con una particular saña para mi incomprensible”, demuestra a las claras cómo anda el aceite del candil de ese regidor. Y aliña esas palabras con otras de ese jaez: “No estoy de acuerdo en absoluto con sus decisiones en general”. Pues mire, señor Belloch: yo tampoco estoy de acuerdo con su megalomanía y su empecinamiento en levantar el suelo de la Ciudad para hacer una línea de tranvía de dudoso servicio ciudadano, ni con la abultada subida de tasas municipales de basuras, ni con el IBI, ni con su empeño en que las flores de la ofenda del día del Pilar sean rojas, ni con lo sucia que tiene la ciudad, ni con los malos olores, etcétera. Tampoco estuve de acuerdo con usted en la forma con que manejó el Ministerio de Justicia e Interior durante su etapa como ministro, ni sé que diablos resuelve ahora usted como senador en una Cámara Alta que no sirve para nada útil al ciudadano, pero que a usted le sirve, entre otras cosas, para saberse aforado. Pero ahora no deseo entrar al trapo de cómo tiene la ciudad, a mi entender destartalada, sino que sólo pretendo salir en defensa del juez Javier Albar, al que no conozco pero respeto. El señor Belloch ha pillado una pataleta “infantil” por el auto de un juez, en este caso del juez Albar, por considerar competencia desleal la instalación de barras durante las fiestas pilaristas en la Plaza de las Catedrales, al existir en sus alrededores restaurantes y bares que pagan sus impuestos. Pero Juan Alberto Belloch, que ha aprovechado la visita a un colegio público para recordar a los medios informativos que Albar “fue el juez responsable de la paralización de las obras de remodelación del estadio de la Romareda”,  sabe que puede presentar recurso para que, según él, “se restablezca el sentido común jurídico”. ¡Arrea!

martes, 2 de octubre de 2012

Jugar con las pensiones




En un artículo de La Vanguardia, Miquel Roca manifiesta algo que todos sabemos: “No se puede jugar con los pensionistas; su pensión debe ser siempre y en todo caso atendida salvo que los pagadores pretendan incorporarse al club de los defraudadores”. Rajoy debería tomar nota. De la misma manera que existe el terrorismo de Estado, como sucedió con el Gal, también existe el Estado defraudador, cuando éste, el Estado, como bien dice Roca, no termina de entender que el conjunto de las pensiones “es el dinero que ha pagado (cada trabajador) en forma de cotización para que le sea ‘devuelto’ cuando alcance la edad de jubilación”. Y esas pensiones contributivas deben revalorizarse cada año en función de la inflación de noviembre para que los titulares de las mismas no pierdan poder adquisitivo. Señalar, como acaba de hacer hoy el secretario de Estado de Seguridad Social, Tomás Burgos (en la comparecencia de la Comisión del Pacto de Toledo en el Congreso), que “el Gobierno se atendrá a la legislación vigente”, no sosiega mucho el ánimo de los pensionistas. La razón es simple: el Gobierno puede en cualquier momento, conocida su mayoría absoluta en ambas Cámaras, modificar dicha legislación para cambiar esa obligatoriedad de compensar la inflación. Recuerden cuando el ministro Wert pretendió separar las clases por alumnos de uno y otro sexo para agradar al Opus Dei y sus colegios subvencionados. El Tribunal Supremo echó abajo su estúpida propuesta. Y ese ministro, más galán que Mingo y más sansirolé que el que asó la manteca, se limitó a decir que no había problema, que todo era cuestión de cambiar la ley.  Y se quedó tan pancho. La revalorización de las pensiones está en el aire. Rajoy está esperando a que pasen las elecciones gallegas y vascas el 21 de octubre y se conozca el resultado de las urnas. Recuerden que las duras medidas con las que nos endulza cada viernes el Consejo de Ministros no tomaron carrerilla hasta conocerse el resultado de las andaluzas. En 2011 las pensiones fueron congeladas. Este año “a los pensionistas les subieron un ridículo 1%. Pero la inflación en noviembre se irá a más del 3%, por lo que el Estado les deberá la diferencia”. ¿Se abonará la cifra resultante? Sinceramente, creo que no.