Un salto adelante
Cuando Mariano Rajoy dice que está convencido de que Europa dará un salto
adelante pronto, no sé muy bien a qué se refiere. Espero que no se trate de dar
un paso adelante para arrojarse por el acantilado, como hará España dentro de
pocas fechas, cuando solicite el segundo rescate. De momento ya ha asegurado
Luis María Linde que en este país se harán más recortes por incumplir el
déficit, al tiempo que los sindicatos ya
estudian convocar una huelga general para el 14 de noviembre. Y ante el mareo y
dolor de cabeza que sufrimos los españoles con tanto salto mortal en el vacío,
hemos recibido la comprensión de Alemania, cosa que es de agradecer. Tanto es
así que los laboratorios Bayer han decidido que la totalidad de la producción
de aspirinas se concentre en la planta asturiana de La Felguera. ¡Cómo nos
verán de mal! Ahora sólo falta que la familia Uriach nos facilite la biodramina
necesaria en estos casos. Mariano Rajoy debería ahora intentar el más difícil todavía, es decir,
saltar en parapente sobre el edificio del Reichstag. Sería un gran golpe de efecto para la señora Merkel. Eso sí, sin la
compañía de Esperanza Aguirre, que trae mal fario. Recuerden lo del helicóptero,
el 2 de diciembre de 2005, cuando las Brigadas Especiales
de Seguridad Ciudadana de la
Comunidad de Madrid estaban intentando despegar desde la plaza
de toros, pasadas las 12.30 horas, y pretendían sobrevolar el muro exterior del ruedo. Esperanza Aguirre salió del interior de aquel amasijo de hierros
retorcidos gritando “Estoy viva y entera, como el alcalde, como el
presidente, como el piloto, como el cámara y el copiloto”. Cuando decía lo de
“el presidente” se refería al presidente de su partido político, o sea, a
Mariano Rajoy. Hombre, una caída desde ocho metros de altura no es mucho, pero
saltar en parapente sobre el Reichstag tiene más riesgo. Puede hasta quedarse
colgado de un pararrayos, atravesar la
cúpula de Norman Foster y sentarse en un escaño mirando hacia Vigo, o darse de
narices contra el Bundesadler, o sea,
el águila rampante que preside la sala de plenos. En fin, ya veremos qué ha
querido decir con lo del salto adelante. Vamos a tocar madera.
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