En un artículo de La Vanguardia, Miquel Roca
manifiesta algo que todos sabemos: “No se puede jugar con los pensionistas; su
pensión debe ser siempre y en todo caso atendida salvo que los pagadores
pretendan incorporarse al club de los defraudadores”. Rajoy debería tomar nota.
De la misma manera que existe el terrorismo de Estado, como sucedió con el Gal,
también existe el Estado defraudador, cuando éste, el Estado, como bien dice
Roca, no termina de entender que el conjunto de las pensiones “es el dinero que
ha pagado (cada trabajador) en forma de cotización para que le sea ‘devuelto’
cuando alcance la edad de jubilación”. Y esas pensiones contributivas deben
revalorizarse cada año en función de la inflación de noviembre para que los
titulares de las mismas no pierdan poder adquisitivo. Señalar, como acaba de
hacer hoy el secretario de Estado de Seguridad Social, Tomás Burgos (en la
comparecencia de la Comisión
del Pacto de Toledo en el Congreso), que “el Gobierno se atendrá a la legislación
vigente”, no sosiega mucho el ánimo de los pensionistas. La razón es simple: el
Gobierno puede en cualquier momento, conocida su mayoría absoluta en ambas
Cámaras, modificar dicha legislación para cambiar esa
obligatoriedad de compensar la inflación. Recuerden cuando el ministro Wert
pretendió separar las clases por alumnos de uno y otro sexo para agradar al
Opus Dei y sus colegios subvencionados. El Tribunal Supremo echó abajo su estúpida
propuesta. Y ese ministro, más galán que Mingo y más sansirolé que el que asó
la manteca, se limitó a decir que no había problema, que todo era cuestión de
cambiar la ley. Y se quedó tan pancho.
La revalorización de las pensiones está en el aire. Rajoy está esperando a que
pasen las elecciones gallegas y vascas el 21 de octubre y se conozca el
resultado de las urnas. Recuerden que las duras medidas con las que nos endulza
cada viernes el Consejo de Ministros no tomaron carrerilla hasta conocerse el
resultado de las andaluzas. En 2011 las pensiones fueron congeladas. Este año
“a los pensionistas les subieron un ridículo 1%. Pero la inflación en noviembre
se irá a más del 3%, por lo que el Estado les deberá la diferencia”. ¿Se abonará la
cifra resultante? Sinceramente, creo que no.
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