APEGOS INSÓLITOS

Con la que está cayendo en España, a los habitantes de la provincia de Teruel lo que más les interesa en estos momentos, según se desprende de una información en los medios, es que se proteja el paisaje de los chopos negros autóctonos de la zona. Seguro que será para que deambulen los lunes al sol aquellos ciudadanos que carecen de trabajo. Me parece muy bien el entusiasmo turolense por el turismo ecológico y por las labores filantrópicas. Los manifiestos públicos en defensa de la naturaleza son muy de agradecer en tiempos de lluvias ácidas, como las producidas por el vómito persistente de la central térmica de Andorra. Pero, claro, también es preocupante que la consulta de Oftalmología del Hospital Obispo Polanco esté sobrepasada y con carencia de aparatos. A buena parte de los españoles les ha entrado de repente un apego insólito por dar extensos merodeos por la campiña y por ser operados de cataratas. Esperemos que los árboles no les impidan ver el bosque.