Me entero de que ha muerto en Madrid Enrique Miret Magdalena, filósofo y Licenciado en Química. Fue presidente de COPYME, director general de Protección de Menores y presidente honorario de “Mensajeros por la Paz”. Hombres como él son necesarios en estos tiempos más que nunca. España se ha enredado en una guerra en Afganistán y la salida del conflicto parece complicada. Hace pocos días se enterraba en España a la última víctima. No será el último ataúd que llegue de madrugada. Estamos en la OTAN y no se pueden eludir los compromisos internacionales. Es decir, hay que estar a las duras y a las maduras. En la parada militar de hoy, José Luis Rodríguez Zapatero ha sido vergonzosamente abucheado. El presidente del Gobierno, tratando de quitar importancia a los silbidos e improperios de un puñado de energúmenos, le ha dicho a Ruiz-Gallardón que esas cosas “forman parte del rito”. Eso sólo se lo dice el torero al mozo de espadas cuando tiene una mala tarde.
--Se hace lo que se puede, pero los toros no acompañan.
--Ya lo sé, maestro, ya lo sé... Pero ya me contarás cómo se lo explicas a los del tendido del Siete.
Esta mañana, los del tendido del Siete eran invitados a la parada militar. Señoras con sus mejores galas y maridos considerados como “hombres de bien” en los círculos de recreo, intoxicados con el veneno de la televisión de Esperanza Aguirre. Esos burgueses engominados que, en vez de intentar formarse una seria opinión sobre el “caso Gürtel”, prefieren el bocado de los faisanes guisados al modo de cómo los aderezan los cocineros de Génova. Sugieren en la planta noble que ha llegado la hora de poner en marcha el ventilador para adelantar las elecciones generales. Lo que ignoran aquellos que prefieren sacar provecho de los errores ajenos antes que de los éxitos propios es que, hasta el rabo, todo es toro.
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