lunes, 6 de diciembre de 2010
Se impone la cordura
No me cabe la menor duda de que tal como se ve venir, o tal y como lo pronostica “El País”, en los próximos comicios “va a recibir el PSOE el peor batacazo de su historia”. Para hacer este pronóstico no hace falta ser un lince, sino aplicar el sentido común. Según los últimos sondeos de opinión, “sólo un 42% de quienes le votaron en 2008 estaría dispuesto a hacerlo ahora”. Pero eso no quiere decir que ese “voto a la desesperada” deba ir forzosamente al PP. Cabe la posibilidad de que pueda aumentar el voto en blanco, es decir, ni para Y ni para Z. Sería una “desventura” para la joven democracia española, pero también sería una posición coherente por parte del ciudadano harto. Al PP, no cabe duda, le va a venir muy bien que un PSOE casi descompuesto le resuelva el merengue de las difíciles papeletas sociales que ha tenido que acometer forzado desde el exterior e, incluso, la guinda amarga que aguarda para el próximo 28 de enero. Sin embargo, el ciudadano corriente deberá pensar, antes de acercarse a las urnas en los próximos comicios, en manos de quiénes piensa poner el nuevo Gobierno de España. Votar es, además de un deber ciudadano, un acto de responsabilidad. Los trasvases de votos, en estos momentos de dificultad en la gobernanza, no resuelven por sí solos unos problemas de gran calado donde se exige el consenso de todos los partidos políticos por higiene democrática. Aquí no existe ni la prodigiosa fórmula de Fierabrás ni los milagros de Caná de Galilea para convertir el agua en vino, en este caso, nuestra miseria en riqueza. De momento, a Rajoy se le ha jaleado hoy “¡Presidente! ¡Presidente!” a su llegada al Congreso, y con motivo del día de la Constitución, con el mismo timbre de voz y con la misma rabia en el cuerpo, por los descendientes directos de unos personajillos de la caverna que hace 35 años gritaban a Arias Navarro: “¡Mantequilla! ¡Mantequilla!”. En aquellos años no existía ni teléfono móvil ni el “mob”. Ahora sí. Pero no cabe duda de que se trata de los mismos perros con distinto collar. No me extraña que el presidente del Gobierno no haya descartado una posible prórroga del estado de alarma ante tanto primo de “zumosol” y tanto patriotero salvador campando a sus anchas a pesar de la lluvia.
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