jueves, 31 de marzo de 2011

Alguacil alguacilado


De entre todas las noticias que nos ofrece el día, merece ser destacada una reseña de prensa curiosa la acontecida en el pueblo turolense de Linares de Mora. Resulta que acaba de suspender el examen para alguacil Antonio Benedicto, del Partido Aragonés (PAR), quien siendo alcalde de esa localidad convocó la prueba para conseguir la plaza vacante. La noticia en sí no tiene mayor trascendencia. Lo que sucede es que el Tribunal calificador se ha visto en la obligación de tener que revisar las bases tras una denuncia de la concejala Yolanda Sevilla, del Partido Popular, arguyendo que esas bases estaban hechas a la medida justa de Antonio. Según leo hoy en la prensa local, “el Tribunal, integrado por representantes de la Diputación General de Aragón, la Diputación Provincial de Teruel y la Comarca Gúdar-Javalambre señala que existen ‘dudas o discrepancias’ respecto al contenido de las bases. El primer ejercicio del proceso selectivo iba a celebrarse hoy por la mañana”. Pero, ¿dónde residían esas discordancias? Al parecer, el ciudadano Antonio Benedicto, siendo alcalde, había redactado las bases a su medida, o sea, en ellas se puntuaba tener conocimientos en el oficio de herrero, haber prestado servicios a la Administración Pública y haber trabajado como autónomo, requisitos que cumplía a la perfección, al haber trabajado por cuenta propia siendo, además de alcalde, el herrero del pueblo. La plaza de alguacil estaba vacante desde hacía cuatro meses y no hubiese habido impugnaciones, supongo, de no haber existido otros seis aspirantes al puesto. “El ex alcalde - sigue contando la prensa local- niega haber diseñado a su medida las condiciones para optar a la plaza y sostiene que las bases del concurso son ‘ejemplares’ y permiten seleccionar a una persona capaz de solucionar muchos problemas técnicos en el Ayuntamiento. Afirma que aspira a ser alguacil tras haber tenido que cerrar su herrería por la crisis económica”. En fin, por lo que se desprende de las declaraciones del ciudadano aspirante Antonio Benedicto, ha quedado claro que los miembros de esa corporación municipal están necesitados de que les claven en las plantas de los pies herraduras de caballo percherón. Y, si además de todo ello, Antonio sabe llevar con aseo la gorra de plato, levantar la voz para anunciar con soltura los bandos por las calles y tiene pulmón para hacer sonar la cornetilla, miel sobre hojuelas.

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