miércoles, 14 de septiembre de 2011

Encuestas


Leo en “Público” que “la confianza en el rey se desploma en una década”. Y algo parecido está sucediendo con nuestra confianza en el Estado de derecho. En una escala del 0 al 10, la Monarquía se encuentra en el 5’6. No es un resultado como para echar cohetes. El español medio, que está cruzando una árida estepa con la cantimplora de la esperanza en el futuro casi vacía no entiende de ninguna de las maneras cómo a estas altura de la Democracia, y cuando a senadores y diputados se les ha exigido que hagan pública su declaración de bienes personales por simple higiene democrática, al Jefe del Estado no se le haya reclamado igualmente que informe a las Camaras sobre los bienes personales que tenía el 22 de diciembre de 1975, fecha de su coronación, y de los que dispone en la actualidad. A nadie se le escapa que el dinero que el Estado entrega anualmente a la Corona para su mantenimiento y para que el rey lo distribuya a su albedrío sale del Tesoro Público. Y aquí no sirve que una exministra de Fomento, Malena Álvarez, dijera en su día (para vergüenza del Ejecutivo al que pertenecía al afirmar semejante disparate), que “el dinero público no es de nadie”. Cuando a los funcionarios públicos se les rebaja el sueldo, cuando se congelan las pensiones de los jubilados y cuando se pretende hacer lo propio con los convenios colectivos en el ámbito de las empresas privadas, las cuentas del Estado deben tener techo de cristal. Del rey abajo todos tenemos la obligación de rendir cuentas anualmente de nuestros ingresos y gastos. España, en cualquier caso, funcionará mejor cuando los ciudadanos dejemos de estar sometidos al arbitrio de los trileros.

1 comentario:

José Ramón MIRANDA dijo...

N.del A.
Quise decir, la exministra Carmen Calvo Poyato.