domingo, 25 de marzo de 2012

Derecha de laboratorio


Se decía que el maestro Ciruela no sabía leer y puso escuela. Ahora resulta que el telonero Rodríguez Zapatero ha cobrado 80.000 dólares por explicar una “lección magistral” sobre economía en Venezuela. Y digo telonero porque el expresidente del Gobierno de España fue plato de tercera mesa, o sea, que se subió a la tribuna una vez que declinaran la invitación Lula da Silva y Henrique Cardoso. Jordi Sevilla, en su día, ya le había comentado que en dos tardes podría enseñarle economía y el osado expresidente se quedó con la copla. A España la hundió hasta las cejas, ¿he dicho las cejas?, pero él parece que aprendió a desenvolverse con soltura y a las pruebas me remito: ha cobrado en un solo día en América casi más que todo un año en La Moncloa. Y allí, en la otra orilla del Océano, se ha caído del caballo, como Saulo, y ha reconocido que “el gran reto en España consiste en cambiar el modelo productivo”. De eso ya se está encargando Rajoy sin tener necesidad de tener que escuchar lecciones magistrales del de León. Pero ahora levantan la voz organizaciones que pensábamos que oían, veían y callaban. Así, por ejemplo, la Organización Profesional de Inspectores de Hacienda señalaba días pasados –y así lo recogía “El Mundo”- que “el tributo que necesita más reforma de todos es el impuesto de Sociedades, habida cuenta de que, a su juicio, las grandes empresas pagan una tasa efectiva sobre beneficios inferior a la de un mileurista en la declaración del IRPF”. Según esa Organización, “los ingresos obtenidos en el extranjero están exentos del impuesto de Sociedades mientras que los gastos invertidos para ello sí tienen deducciones fiscales. El mecanismo es muy simple: los ingresos no suman (computan) y los gastos financieros necesarios para obtener los ingresos sí restan (se deducen). Otro gran beneficio fiscal es la libertad de amortización sin obligación de mantener plantilla, algo que perjudica a las pymes frente a las grandes empresas. (…) la libertad de amortización supone el diferimiento indefinido y continuo del impuesto de Sociedades a pagar y a coste cero. Esto supone un grave quebranto para las arcas públicas que no obtienen ingresos sin que la inversión aumente; de hecho está disminuyendo (…) la supresión del mínimo requisito de mantenimiento de plantilla ha hecho que, de hecho, el Estado esté subvencionando y financiando los EREs de las grandes empresas”. Esperemos a ver qué hace Rajoy con esa patata caliente. Yo doy por sentado que esta Derecha de laboratorio no moverá un dedo, en evitación de despertar a la Fiera Corrupia que lo aupó a la cima del poder político a cambio de seguir manteniendo intocable su cuenta de resultados.

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