viernes, 30 de marzo de 2012

El "supertacañón" Rajoy


Dice Anson que “con el mastín europeo mordiéndole los talones, Mariano Rajoy no debe ceder”. Rajoy no sólo no cede sino que tampoco da la cara en ninguna rueda de prensa posterior a cada Consejo pese a la importancia de lo tratado en los últimos desde que llegó a la Presidencia. Este aparente “Supertacañón” de la cosa pública cuenta, eso sí, con la bendición de Emilio Botín, que es como el “deus ex machina” proveniente de fuera del escenario político para, más que resolver una mala situación enquistada, arrimar el ascuas a su sardina. Un hombre éste, Botín, que actuando de elemento externo, intenta “remediar” una difícil situación planteada en España sin seguir la lógica interna de los partidos ni haber ido en lista alguna durante las últimas elecciones ni al Congreso ni al Senado. Es, por decirlo de alguna manera, un factor exógeno al que nada importa tal falta de coherencia. Emilio Botín opina en su torre de marfil y la prensa lo refleja. Recuerdo haber leído en algún sitio un comentario de Emilia María Gómez López donde dejaba claro que “los bancos (el Santander también) están llenos de tóxicos que quieren colocar al Estado y que éste vuelva a asumirlos como deuda soberana. Los bancos (el Santander también) se limpiarían y quedarían libres de seguir consiguiendo dinero del BCE al 1 por ciento, y en lugar de sanearse, volverían a apostar por comprar deuda soberana y a exigir su pago mediante recortes y más recortes sociales que anularían la capacidad de compra del ciudadano. O sea, que no podrían consumir; con lo cual nos meteríamos en más deuda sin que hubiera consumo-crecimiento, y de ahí más paro porque si las empresas no venden no pueden fabricar para tener en stock”. Ahora, en su paseillo por el coso del Eurogrupo, en Copenhague, ha dicho De Guindos que los nuevos presupuestos aprobados hoy en Consejo de Ministros, con el mayor ajuste fiscal de nuestra historia democrática, “van a convencer a Europa”. Por otro lado, la amnistía fiscal anunciada, parece ser que obrará el milagro de los panes y los peces. Hay que contentar a Merkel y a toda la panda de mentes cuadriculadas que miran con lupa todo lo que sucede en la Europa del Sur tras el susto de Grecia. Posiblemente los ajustes españoles convenzan a Europa de que “vamos por el buen camino”, pero el sudor y las lágrimas que se nos pide a cambio a los ciudadanos son excesivos. Hace pocos días comentaba un prestigioso empresario, Juan Roig, que “los españoles deberíamos tomar nota de la cultura del esfuerzo de los chinos”. Pero como hoy cuenta Jordi Sevilla en “El País”, “la admiración por el milagro económico de algunos países emergentes no debe hacernos olvidar que, en muchos casos, se explica por ausencia de democracia y por una sobre-explotación humana y medio ambiental”.

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