Me entero por El Mundo
que el pleno del Parlament de este martes ha aprobado una modificación de la Ley de capitalidad con la que
se cambia la denominación de 'Palma de Mallorca', que pasa a llamarse
'Palma', cuatro años después de que se acordase la modificación contraria.
Y nos recuerda que Palma pasó a ser Palma de Mallorca en 2012. Pues nada, palmero, sube a la palma, y
dile a la palmerita… Sí, ya sé que esa canción es una isa que pertenece al
folclore de las Islas Canarias y, también, que forma parte de la estructura de
la marinera limeña de término ya que la canción viajó a Jalisco y a Lima. Pero,
y así lo entiendo, me parece una estupidez que el Parlament pierda el tiempo en
esos detalles. Es como si al Gobierno de Aragón le diese por quitar el apellido
a La Almunia
de Doña Godina, la Junta
de Castilla y León truncase el nombre de Mansilla de las Mulas, o la Comunidad de Madrid
llamase Sevilla a Sevilla la Nueva. Podría
suceder que alguien enviase una carta a un ciudadano de Sevilla la Nueva y apareciese el
cartero con la carta en la mano por Sierpes o por República Argentina, que
también tiene palmeras a ambos lados de la calle. Precisamente ahora hace un
siglo en que más de 500 pueblos españoles cambiaron de nombre por decreto. La
razón era que más de mil de los 9.266 pueblos existentes entonces se llamaban
de la misma manera. Fue entonces cuando la Real Sociedad Geográfica propuso una reforma de la nomenclatura
por Real Decreto de 27 de junio de 1916, refrendado por el conde de Romanones y firmado por Alfonso XIII. Así, Roquetas pasó a ser «de Mar», Moncada sumó «y Reixach», Buitrago el apellido «de Lozoya» o San Fernando «de Henares», etc.; y así hasta 573
municipios. Manuel Foronda, promotor
de esa reforma, contó al diario La Época (4 de julio de 1916) que estudiando las etapas
recorridas por Carlos V en sus
viajes por España, se encontró con un sinnúmero de localidades y poblaciones
que llevaban los mismos nombres, y éstos, sin calificativo o añadido alguno que
entre sí los diferenciara. El experto, que recibió el título de marqués de
Foronda entre otros méritos por esta normalización toponímica, destacaba cómo
existían, por ejemplo, seis “Villaverde” esparcidos por España. De ahí la
necesidad de ponerles “apellidos”. Cosa distinta fue la que hizo Franco, al cambiar el toledano nombre de
Azaña por el de Numancia de la
Sagra por razones de enfermizo encono hacia la figura del
último presidente de la II República,
o los rocambolescos nombres que recibieron durante el franquismo los diversos
pueblos de colonización.
martes, 29 de noviembre de 2016
Barruntos de tormenta
Hoy, 29 de noviembre se conmemora
la fiesta del patrón de Pamplona, san
Saturnino. En Cuba siguen las filas para despedir a Fidel Castro, y en España los medios se ceban contra Fernando Trueba por no sentirse español
(como dejó claro en el Festival de San
Sebastián el pasado año, con ocasión de la concesión del Premio Nacional de Cinematografía) y
aprovechan ahora para desprestigiar su última película “La reina de España”, que se rodó con un presupuesto de 11 millones de euros de los que
una abultada cantidad procedía de subvenciones públicas. Cría cuervos… Melchor Miralles, en su último artículo
en República de las Letras señala, a
propósito del congreso del PP que se celebrará en febrero, que aquí pueden
suceder dos cosas: “Rajoy no cabe
duda que será el candidato popular en unas hipotéticas elecciones a celebrar en
2017 o 2018. Si la legislatura llega a su final, Rajoy decidirá entonces si
seguir o poner en marcha un proceso sucesorio controlado en el que, como si
fuera un accidente, él elegiría al sucesor, como Aznar le eligió a él, aunque ahora se arrepienta cada día de ello”.
Pero, claro, en esas hipotéticas elecciones adelantadas el PP podría tener
enfrente a Podemos como primer partido de la Oposición y, en tales
circunstancias, con un PSOE desbaratado y un Ciudadanos casi desaparecido, un
bipartidismo con fuerzas políticas aproximadas en número de escaños en la Cámara Baja sería todo un
infierno para el partido que sustente al Gobierno. Tiempo al tiempo.
lunes, 28 de noviembre de 2016
Tonterías, las justas
Un cielo dificilmente azul
Leo en Heraldo de
Aragón que “el
grupo parlamentario de Podemos en el Congreso ha presentado una proposición no
de ley que, de aprobarse, obligará al cambio de las matrículas de
estos vehículos por otras de color azul. El objetivo es incorporar
un elemento
diferenciador para evitar la piratería en este sector, uno de sus principales
frentes de batalla”. Me
parece importante luchar contra el intrusismo profesional, pero en otros campos
parece labor ardua y harto dificultosa. Hace años, por ejemplo, recuerdo que
los sacerdotes llevaban una ridícula tonsura en el colodrillo del tamaño de un sentado, o sea, del diámetro de un duro
de plata de Amadeo I. Pero la
tonsura desapareció en 1972, cuando Pablo
VI la abolió con su carta apostólica Ministeria
quoedam en perjuicio de los salones de peluquería, a los que redujo sus
ingresos en las ciudades con sedes episcopales, verbigracia: Tarazona. En todas
las barberías de mi infancia y juventud recuerdo que en su tarifa de precios
figuraba el importe por hacer la tonsura sin necesidad del uso de la bigotera.
En este sentido, recomiendo la lectura de Guía
del peluquero (revista mensual) ilustrada por Domingo Gascón; donde, por cierto, en su número 105 (Madrid, julio
de 1880) aparecía un anuncio de La Orcescine, en el número
58 de la calle del Coso, en Zaragoza, donde se promocionaba una tintura vegetal
para los cabellos y la barba a base de agua de nueces; caja, 20 reales. Anuncio
que figuraba junto al Agua capilar
del doctor R. Brim y el nuevo polvo
de arroz sin bismuto Fleur de Jouvence,
preparado por MM. L. Hugot y
Eyraud, Boulevard Malesherbes, 40, París. Pues bueno, a lo que iba.
Los taxistas podrán llevar, si acaso sale la propuesta de ley adelante,
matrículas azules. Pero ello no impedirá el uso del teléfono para la contratación
de los BlablaCar por muy piratas que sean, y que se trata de una
plataforma digital que pone en contacto a personas para compartir los gastos de
un viaje. De hecho, no necesitan de ninguna licencia para operar -según
manifestó su director general Jaime
Rodríguez de Santiago-Concha a El
Mundo el pasado 20 de octubre- porque la ley en todos los países de la Unión Europea los
ampara para prestar servicios y a su libertad de
establecimiento. Algún día de estos habría que hablar sobre el ridículo precio
inicial de las licencias de taxi concedidas por los ayuntamientos y
su posterior traspaso a precios de
piso de lujo en la madrileña calle de Serrano. Ya puestos…
domingo, 27 de noviembre de 2016
El monte de las ánimas
Dejo la
Sierra de Guadarrama y retorno a Zaragoza. La cabra siempre
tira al monte, al monte de las ánimas, y por la trocha repaso algo de la prensa
de Madrid donde se cuenta que ha muerto la condesa viuda de Montarco, Rosario Palacios, hija del juanista Julio Palacios y esposa que fuese de Eduardo Rojas Ordóñez, cofundador de Falange Española. Pero días
pasados también murió la senadora Rita
Barberá en la habitación 315, la última del pasillo, del madrileño Hotel Villa Real, de cinco estrellas
(100 euros más IVA, precio especial para políticos de postín), donde no hacía
mucho rato (nueve y media de la noche) había pedido al servicio de habitaciones
una copa de güisqui JB y una tortilla
de patata. Rita Barberá estaba investigada por presunta corrupción. Algunos
políticos, que últimamente no se dejaban ver con ella ni en pintura, pasaron
del caloret
del foc i la flama al desprecio más absoluto, pero supieron sacar, eso sí,
su vena artística y llorona a la hora de los elogios funerales. Muchos
políticos que tienen rabo de paja respiraron más tranquilos. Rita ya no podría
seguir declarando ante el fiscal Conde-Pumpido.
Ha hecho mutis por el foro y, como dicen por Castilla la Vieja, en boca cerrada no
entran moscas. “¡Qué hostia... qué
hostia!”. También murió Fidel Castro, el marxista-leninista que
se apoderó por todo el morro en La
Habana de la casa a mis abuelos paternos. Dejo, como digo, la Capital de la Sierra, a la que los de
allí llaman Collado Villalba, cuando estaban colocando en sus calles el
tinglado de las luces navideñas y cuando el pico de Peñalara me saludaba
jubiloso con sus primeras nieves.
sábado, 12 de noviembre de 2016
Niveles de incompetencia
En su artículo “Los
hombres no lloran”, que ofrece Jaime
Peñafiel en República.com, éste hace
referencia a un ministro, del que no cita su nombre. Lo primero que hizo al
conocer el nombramiento fue llamar a su madre. Ésta, al recibir la noticia, por
boca de su hijo de haber sido nombrado ministro, le respondió: “¡Hijo, esto es
una desgracia para la familia! Hasta ahora, solo nosotros sabíamos que eres
tonto pero, a partir de ahora, se va a enterar todo el mundo”. En El Principio de Peter, ese estudio de
las jerarquías en las organizaciones modernas, Lawrence J. Peter y Raymond
Hull, autores del libro, cuentan que en las empresas todo empleado tiende a
ascender hasta su nivel de incompetencia. Pero lo que sucede en las empresas privadas
también puede trasladarse a la milicia, a la jerarquía eclesial, al mundo
financiero e incluso al Trono. Menos mal que en España, al estar constituida
como una Democracia Parlamentaria, la figura real es casi simbólica. Siempre se
dice que el heredero al Trono es el mejor preparado. ¿Comparado con quién? Es
que no existe otro aspirante para poder hacer comparaciones. Un repaso
histórico, tanto con Austrias como
con Borbones, es la mejor muestra de
lo que afirmo. Pues bien, cuando ese nivel de incompetencia se traslada al
máximo cargo de una empresa (como sucede en tantas “pymes” que yo conozco, cuando se traspasa
directamente el mando de un progenitor que levantó su modesto negocio desde la
nada, en muchos casos sin poseer título académico alguno, a hijos absolutamente tontos de capirote)
el desastre está asegurado. Es rara la pequeña empresa que dure más de dos generaciones. Conozco demasiados casos en dos leguas a la redonda. Y termino con una frase de Francisco Umbral: “Ningún tonto se recupera de un éxito, y nada
entraña tanto fracaso personal como el éxito cuando has sido elevado en tu
puesto de trabajo hasta alcanzar tu nivel de incompetencia”. Y ahora, con el permiso de aquellos que hacen la caridad de leerme, me voy a la Sierra de Guadarrama para que me dé el aire. Sigan ustedes con Dios.
viernes, 11 de noviembre de 2016
Ancianos
Me entero de que el 40% de suicidios en España es de
personas ancianas. No es de extrañar. El anciano sufre del mal de la soledad
como un achaque que no tiene curación. No existe soledad más desgarradora que
la de estar con alguien que te hace sentir aislado. Lo malo del anciano llega
cuando se siente dependiente y se cree un estorbo. Y termina sus días en una
residencia o en casa de un hijo, como si fuese un bulto en una consigna. Pero
en el caso del bulto, llega un momento que alguien llega a una ventanilla para
recogerlo. En el caso del anciano sólo se espera la llegada del barquero de
Hades manejada por Caronte. En el Canto III de La Divina Comedia,
aparece Caronte cuando Alighieri, Virgilio y Dante atraviesan la puerta infernal, el vestíbulo de los cobardes y
el paso del Aqueronte después de haber atravesado la laguna Estigia. Al anciano
le ha tocado trabajar duro, malvivir en una posguerra llena de hambruna,
hacerse con un piso propio o de alquiler y criar una familia con pocos medios
económicos. Y cuando ya es anciano y cree que tiene la vida resuelta, aparece
una crisis económica de envergadura y debe hacerse cargo de hijos en paro,
nueras indiferentes y nietos que no saben si conseguirán una beca para seguir
estudiando. Y escucha en televisión a Mariano
Rajoy afirmar que los datos macroeconómicos son inmejorables; con la misma
complacencia que antes había escuchado a Rodríguez
Zapatero señalar que ya se veían brotes verdes. Sí, todo va muy bien, pero
ha de pagar una cantidad por los medicamentos que le despachan en las oficinas
de farmacia. Sí, todo va muy bien, pero peligran los fondos de pensiones. Sí,
todo va muy bien, pero a su exigua pensión sólo se le añade un 0’25 por ciento
cada año que pasa. Sí, todo va muy bien, pero con el mismo dinero se pueden
adquirir menos productos en el supermercado. Es la soledad de los perros
abandonados en la carretera. No importa atravesar la laguna de Estigia a ser
posible sin salvavidas cuando la muerte, en determinadas circunstancias,
constituye una liberación.
jueves, 10 de noviembre de 2016
Antropología del parentesco
Los datos son elocuentes. El Ayuntamiento de Zaragoza, que
preside Pedro Santisteve, de
Zaragoza en Común, dedica 100 euros por persona y año a Servicios Sociales:
Huesca, presidido por Luis Felipe
Serrate, del PSOE; y Teruel, con Emma
Buj al frente, del PP, sólo dedican 50 euros en cada una de esas dos
ciudades. Dicho eso, alguien debería explicar a qué dedican los socialistas y
populares el dinero de sus arcas municipales. Pero, a otra cosa, mariposa. Antonio Burgos, que ayer escribía sobre
el II Año Triunfal, la alternativa en
1937 de Pascual Márquez por Fuentes Bejarano y de la posible
canonización de Muñoz Seca y otros
43 mártires de la guerra, aprovechó el viaje con el recorrido de su pluma para recordar en ABC de Sevilla una vez más, ya no sé
cuántas veces lo ha nombrado, a su abuelo político “don Julio Herce Nogales, fusilado en Guadalcanal por el terrible
delito de ser de comunión diaria y de ir con devocionario a misa”. No cabe duda
de que tuvo mejor suerte Antonio Limones,
al que fusilaron pero no mataron, y al
que sacaron de la cárcel con su abuelo político el 13 de agosto de 1936, y
también que su tío político, Julio Herce
Perelló, fusilado el 29 de julio de ese año. Sobre su tío político, del que ignoro si
también iba a misa con el devocionario y comulgaba diariamente, me consta -y así lo dejó Burgos escrito- que siendo
estudiante de Derecho fundó la
Falange en Sevilla. En ese caso, y por lo que se desprende,
ya no fue ejecutado por el “terrible delito” de ir con el misal en la mano. Con
ello no trato de justificar lo que a todas luces fueron dos viles asesinatos.
Pero recuerdo a Burgos que sobre la represión en Sevilla, el exgobernador Varela calculó unos 6000 muertos
mientras que Antonio Bahamonde,
exdelegado de prensa de Queipo de Llano,
escribió que fueron 20.000 sólo en Sevilla capital. Se ha comprobado que entre
julio de 1936 y febrero de 1937 fueron arrojados a la fosa común del cementerio
de San Fernando 3.028 cadáveres anónimos, probablemente todos muertos a manos
de los sublevados, incluido el alcalde Horacio
Hermoso y el presidente de la Diputación Provincial,
José Manuel de Puelles. Todos los
años, al llegar noviembre, la prensa de la derechona que tanto odia la Ley de Memoria Histórica, a la que Rajoy le quitó dotación presupuestaria,
ventila los sucesos de Paracuellos de Jarama. Pues bien, puestos a recordar,
recordemos todo. A unos les fusilaron por fascistas; a otros, por defender la
libertad y el Estado de derecho que constituía la Segunda República.
A Burgos, ya de paso, le recuerdo que hay parentesco por afinidad, por
consanguinidad y por adopción. Y que las relaciones establecidas por
compromisos religiosos no se consideran parentales, forman parte de una
categoría distinta que en antropología del parentesco se llama parentesco
ficticio. Que Burgos, nacido en 1943, nos venga ahora con el trágico fin de un
abuelo político que no conoció, qué quieren que les diga, es como si yo escribo
ahora sobre el pronunciamiento liberal de Riego
en Cabezas de San Juan, o sea.
miércoles, 9 de noviembre de 2016
Apocalipsis de opereta
La prensa se pasa el día intentando explicar al lector cómo
poder entender las facturas de gas y de electricidad. Pero seguimos sin
comprenderlas por más empeño que ponen. Ahora, lo que sí vamos entendiendo es la
razón por la que la banca española y determinadas empresas de Ibex 35 se han llevado las manos a la
cabeza por el triunfo de Trump. Así,
el BBVA cae el 5’7 % en Bolsa por su
exposición en México y los Estados Unidos, Prisa
el 5’16, OHL el 4’53… No hay que
ponerse nervioso aunque algunos entiendan que acaba de venir al mundo el Anticristo. Ahora sólo falta esperar a
conocer qué opinan al respecto los editorialistas de El País, tras la tendenciosa deriva de Antonio Caño. A la señora Clinton
le ha ocurrido como al lamerón Amaranto
Bachiller Piolín, que decidió acercarse al bingo que había a dos calles de su casa y salió de allí con
el culo pajarero. Jugar cartones de tres en tres tiene esas cosas. Clinton para
España representaba la democracia y Trump, el populismo, cuando la verdad es
que nada es lo que parece. Los republicanos cuentan ahora con mayoría en las
dos Cámaras legislativas, como sucedió con Mariano
Rajoy durante la penúltima legislatura. John
Carlin, en la prensa de Prisa,
dice que “Trump en el ala oeste de la Casa Blanca será, en el mejor de los casos, un Cantinflas interpretando el papel de Calígula en una versión moderna del
declive y caída del imperio. En el peor, representa una amenaza para la
estabilidad mundial”. Y a sus votantes les llama “analfabetos políticos que han
puesto a un loco al mando del manicomio”. Por eso digo que la cosa no ha hecho
más que empezar. Me congratula saber que de momento no escucho las trompetas de Jericó en este Apocalipsis de opereta.
lunes, 7 de noviembre de 2016
Sobre el "tostón al golpe de Estado"
En mi trabajo anterior,”Sobre
tortillas de patata”, hacía referencia a El Practicón, de Ángel Muro,
uno de los mejores libros de cocina que se han escrito. Este ingeniero de
profesión, además de cocinero, colaborador de diversas revistas de la época y
amigo de Emilia Pardo Bazán, murió
el 13 de agosto de 1897 en Bouzas. A él se le debe, por ejemplo la “salsa sanguinaria”, que consiste en
añadir a una mayonesa el jugo de una remolacha asada, y el famoso “tostón al golpe de Estado”, que ideó en
1874 tras el golpe de Pavía. Los
ingredientes son: un cochinillo de 3 kilos y medio, un vaso de aceite de oliva,
un vaso de jerez seco, ajos, sal gorda y tomillo. Se abre el cochinillo en dos mitades
y se sala. Se
unta la piel la piel con ajo y se coloca en la bandeja del horno
con la piel hacia arriba, se rocía con un poco de aceite de
oliva y se mete al horno a temperatura baja durante media
hora. Se le va añadiendo de vez en cuando un poco de vino por encima y el
jugo que suelta. Una vez asado se le añade el tomillo. Se le puede añadir a la
bandeja donde se está asando unas rodajas de patata. Esa misma receta se la
atribuye también Dionisio Pérez
Gutiérrez (Post Thebussen) al
maestro Ferreras, “el amigo íntimo
de Sagasta, y León
y Castillo, de Pérez Galdós y de
Jacinto Octavio Picón, el hombre
modesto que hizo ministro a Urzáiz y
a muchos otros subsecretarios y directores generales y no quiso ocupar en su
vida más cargo que el de director de El
Correo, escribió una receta del tostón zamorano, que bautizó con el curioso
nombre de tostón al golpe de Estado”. (Dionisio Pérez. Guía del buen comer español. Madrid. Sucesores de Rivadeneyra.
1929, p. 270).
Sobre tortillas de patata
Días pasados se celebró en Zaragoza un concurso de tortillas
de patata organizado por la revista Gastro
Aragón que dirige y edita José Miguel Martínez Urtasun. Ya hemos
salido de dudas: la mejor tortilla de patata es la que hacen en el restaurante Casa Coscolo. El accésit fue para el bar
Don Policarpo. Pues nada, habrá que
ir a probarlas cuando salgamos de casa para hacer un mandado. El éxito de la
tortilla de patata, y ya lo he contado en varias ocasiones, consiste en freír
las patatas, cortadas en rodajitas finas hasta el punto de que cuando las
escurramos de la sartén con la rasera queden como estratificadas y bastante
fritas. Y de nuevo en la sartén, le echaremos la mitad del batido de huevo,
siempre abundante, primero por un lado, luego por el otro, y dejaremos que
salga algo de ese batido por el borde de la sartén aunque no tenga patata. Las
tortillas, a mi gusto, han de ser bastante planas y jugosas. En El Practicón, Ángel Muro, hace referencia a un contramovimiento que considera
esencial: “con la mano izquierda se
zarandea la sartén en redondo e imprimiéndola un movimiento circular para que
la tortilla, así que se cuaje, empiece a girar sobre su base, pero en sentido
contrario. A medida que el cuajado se hace más firme, se aviva el zarandeo para
que el manjar se colore por igual, según quiera el operador”. Y en nota al pie, Muro dice: “Invito a todos los cocineros de fuste a que expliquen a sus pinches y
ayudantes el porqué de este movimiento”. Bueno, cada maestrillo tiene su
librillo. También señala Muro que “la
tortilla a la española ha de ser maciza, amazacotada, redonda y de mucho
espesor”, justo lo contrario a lo que yo propongo. En El Amparo, las hermanas Azcaray
sugieren que “la patata se trocee en cuadraditos y que una vez emplatada se
presente en la mesa doblada por la mitad. En fin, sea invención de las tropas de Zumalacárregui durante las guerras carlistas, de Joseph Tena Godoy y el marqués de Robledo, o del cocinero
belga Lancelot de Casteau, que
publicó su receta en 1604, lo cierto es que fue un gran invento culinario.
sábado, 5 de noviembre de 2016
Patatas a la letra impresa

viernes, 4 de noviembre de 2016
Caparrós en "The New York Times"
Cuatro de noviembre, san Carlos Borrromeo. Regreso de hacer unos mandados en Mercadona, donde he visto pagar una
barra de pan de 40 céntimos con una tarjeta de crédito. Llueve. El nuevo
Gobierno (que es lo más parecido a unos zapatos viejos a los que se les han
puesto medias suelas) ya ha jurado lo que tenía que jurar delante del Jefe del Estado. Son trece. Ayer, la
televisión de Aragón se pasó la mañana siguiendo a Rudí por la calle. Se olfateaban una
cartera para ella, aunque fuese de nueva creación, pongamos por caso el
Ministerio de Flora Fluvial. Pero no, de momento habrá de conformarse con un
escaño en el Senado, que no es moco de pavo, donde están varados los viejos
roncuales azules de la cosa pública, dispuestos a hacer segundas lecturas de
proyectos legislativos antes de ser devueltos al Congreso, como si fuesen
viejas novelas del Oeste de segunda mano donde siempre mueren los malos. Pero
el escándalo lo ha producido en Castellón el presidente de la CEOE, Joan Rosell, al señalar en una conferencia -según ha revelado El Levante- que “la incorporación de la
mujer en el mercado de trabajo supone un problema para que haya trabajo para
todos”. Pues nada, volvamos a los tiempos del franquismo: ellos, además de su
trabajo en la fábrica, haciendo pluriempleos sin cotizar a la Seguridad Social;
ellas, en casa remendando calcetines, fregando platos y haciendo las labores
propias del hogar. Con tipos así seguro que vamos a echar mucha pierna. Sólo
le ha faltado decir que habría que crearse otra Sección Femenina, incorporando el Auxilio Social, y que las mujeres se viesen en la obligación que
hacer una canastilla en el caso de que pretendieran sacarse el permiso de
conducir. Y Martín Caparrós, en las
páginas de The New York Times, en su
artículo “A Sumajestad (sic) el Rey de
España”, señala que “Felipe VI
tiene una vida rara y un trabajo aburrido un poco rancio” y le indica que
“debería pensar en renunciar, conseguir una casa, hacer las cosas por su propio
esfuerzo y buscarse un buen empleo”. Yo también lo entiendo así. La Monarquía en España no
tiene sentido. No se puede tener como único mérito la cuna.
jueves, 3 de noviembre de 2016
Corredores de la muerte
Dice hoy Raúl del
Pozo en El Mundo que “ser
ministro, después de los de Franco,
no tiene mucha importancia; tampoco en otros tiempos era una gran cosa. Galdós los retrata como una
caterva de monigotes que actúan como refrendadores de lo que les manda el que
manda. El que manda es Mariano Rajoy.
Los ministros de ahora no llevan pelucas como las de los Borbones, están expuestos a las
injurias en las redes, no pueden enriquecerse y si hacen negocios sucios no
pueden llevar el dinero a Panamá porque están vigilados como si fueran
tarugueros. No serán sino unos funcionarios interinos que ganan 70.000 euros al
año, menos de lo que cobran en su actividad privada”. Se le ha olvidado a Del
Pozo decir que de cada uno de ellos se pintó y se pintará un
retrato que quedará por los siglos en las paredes de los pasillos del
Ministerio que ocuparon, algunos tan efímeramente que casi nadie recuerda su
paso por el mismo, ni siquiera los ordenanzas que visten de azul en invierno y
de gris en verano. Y cuando se cruzan por los pasillos con el retrato del que
fuese su jefe les causa el mismo efecto que encontrarse con un desconocido a la
puerta de unos urinarios. ¿Alguien se acuerda de Suances, de Peña Boeuf, de
Domínguez Arévalo? Fueron ministros
del primer gobierno de Franco. ¿Y de ministros de Suárez? Quién recuerda a los diecinueve ministros de su primer
gobierno? ¿Quién recuerda a Pascual Pery
Junquera, a Luis Ortiz, a Calvo Ortega, a Enrique Sánchez de León…? Todos ellos disponen de retrato en los pasillos
de sus respectivos ministerios, muchos ya no existen, como si fuesen santones
de nombres raros y a los que nadie ofrece oraciones, cuyos nombres sólo
aparecen en el taco del Corazón de Jesús,
junto a las fases de la luna, los días que faltan para terminar el año y las
misas de feria de tiempo ordinario. Sólo existe una ministra que duró lo que un
suspiro: la ministra de Igualdad, responsable del Ministerio del mismo nombre, creado
por Rodríguez Zapatero en 2008,
durante la IX Legislatura,
Bibiana Aido, hija de un alcalde de
Alcalá de los Gazules. El 20 de octubre de 2010 fue suprimido ese Ministerio y
su estructura se integró en el Ministerio de Sanidad, Política Social e
Igualdad conformando la nueva Secretaría de Estado de Igualdad. Todo su mérito consistía
en haber sido directora de la Agencia
Andaluza para el Desarrollo del Flamenco. Su retrato, de
tenerlo, no sabemos dónde estará. Bibiana Aido fue inventora de palabras. A
ella le debemos el invento de la palabra “miembra”,
que no fue aceptada por la RAE. Los
viejos ministros, ya se sabe, permanecen retratados en los pasillos de sus Ministerios,
que son como corredores de la muerte. Todos ellos desaparecieron de la escena
política con la llegada del motorista que les anunciaba su cese.
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