En mi trabajo anterior,”Sobre
tortillas de patata”, hacía referencia a El Practicón, de Ángel Muro,
uno de los mejores libros de cocina que se han escrito. Este ingeniero de
profesión, además de cocinero, colaborador de diversas revistas de la época y
amigo de Emilia Pardo Bazán, murió
el 13 de agosto de 1897 en Bouzas. A él se le debe, por ejemplo la “salsa sanguinaria”, que consiste en
añadir a una mayonesa el jugo de una remolacha asada, y el famoso “tostón al golpe de Estado”, que ideó en
1874 tras el golpe de Pavía. Los
ingredientes son: un cochinillo de 3 kilos y medio, un vaso de aceite de oliva,
un vaso de jerez seco, ajos, sal gorda y tomillo. Se abre el cochinillo en dos mitades
y se sala. Se
unta la piel la piel con ajo y se coloca en la bandeja del horno
con la piel hacia arriba, se rocía con un poco de aceite de
oliva y se mete al horno a temperatura baja durante media
hora. Se le va añadiendo de vez en cuando un poco de vino por encima y el
jugo que suelta. Una vez asado se le añade el tomillo. Se le puede añadir a la
bandeja donde se está asando unas rodajas de patata. Esa misma receta se la
atribuye también Dionisio Pérez
Gutiérrez (Post Thebussen) al
maestro Ferreras, “el amigo íntimo
de Sagasta, y León
y Castillo, de Pérez Galdós y de
Jacinto Octavio Picón, el hombre
modesto que hizo ministro a Urzáiz y
a muchos otros subsecretarios y directores generales y no quiso ocupar en su
vida más cargo que el de director de El
Correo, escribió una receta del tostón zamorano, que bautizó con el curioso
nombre de tostón al golpe de Estado”. (Dionisio Pérez. Guía del buen comer español. Madrid. Sucesores de Rivadeneyra.
1929, p. 270).
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