Los datos son elocuentes. El Ayuntamiento de Zaragoza, que
preside Pedro Santisteve, de
Zaragoza en Común, dedica 100 euros por persona y año a Servicios Sociales:
Huesca, presidido por Luis Felipe
Serrate, del PSOE; y Teruel, con Emma
Buj al frente, del PP, sólo dedican 50 euros en cada una de esas dos
ciudades. Dicho eso, alguien debería explicar a qué dedican los socialistas y
populares el dinero de sus arcas municipales. Pero, a otra cosa, mariposa. Antonio Burgos, que ayer escribía sobre
el II Año Triunfal, la alternativa en
1937 de Pascual Márquez por Fuentes Bejarano y de la posible
canonización de Muñoz Seca y otros
43 mártires de la guerra, aprovechó el viaje con el recorrido de su pluma para recordar en ABC de Sevilla una vez más, ya no sé
cuántas veces lo ha nombrado, a su abuelo político “don Julio Herce Nogales, fusilado en Guadalcanal por el terrible
delito de ser de comunión diaria y de ir con devocionario a misa”. No cabe duda
de que tuvo mejor suerte Antonio Limones,
al que fusilaron pero no mataron, y al
que sacaron de la cárcel con su abuelo político el 13 de agosto de 1936, y
también que su tío político, Julio Herce
Perelló, fusilado el 29 de julio de ese año. Sobre su tío político, del que ignoro si
también iba a misa con el devocionario y comulgaba diariamente, me consta -y así lo dejó Burgos escrito- que siendo
estudiante de Derecho fundó la
Falange en Sevilla. En ese caso, y por lo que se desprende,
ya no fue ejecutado por el “terrible delito” de ir con el misal en la mano. Con
ello no trato de justificar lo que a todas luces fueron dos viles asesinatos.
Pero recuerdo a Burgos que sobre la represión en Sevilla, el exgobernador Varela calculó unos 6000 muertos
mientras que Antonio Bahamonde,
exdelegado de prensa de Queipo de Llano,
escribió que fueron 20.000 sólo en Sevilla capital. Se ha comprobado que entre
julio de 1936 y febrero de 1937 fueron arrojados a la fosa común del cementerio
de San Fernando 3.028 cadáveres anónimos, probablemente todos muertos a manos
de los sublevados, incluido el alcalde Horacio
Hermoso y el presidente de la Diputación Provincial,
José Manuel de Puelles. Todos los
años, al llegar noviembre, la prensa de la derechona que tanto odia la Ley de Memoria Histórica, a la que Rajoy le quitó dotación presupuestaria,
ventila los sucesos de Paracuellos de Jarama. Pues bien, puestos a recordar,
recordemos todo. A unos les fusilaron por fascistas; a otros, por defender la
libertad y el Estado de derecho que constituía la Segunda República.
A Burgos, ya de paso, le recuerdo que hay parentesco por afinidad, por
consanguinidad y por adopción. Y que las relaciones establecidas por
compromisos religiosos no se consideran parentales, forman parte de una
categoría distinta que en antropología del parentesco se llama parentesco
ficticio. Que Burgos, nacido en 1943, nos venga ahora con el trágico fin de un
abuelo político que no conoció, qué quieren que les diga, es como si yo escribo
ahora sobre el pronunciamiento liberal de Riego
en Cabezas de San Juan, o sea.
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