lunes, 17 de noviembre de 2025

Franco, a punto de la excomunión...,

 50 años de la homilía de Añoveros. ¿Una efeméride olvidada?

 

Ha costado, pero el Gobierno se dispone a revocar cientos de distinciones honoríficas todavía franquistas vigentes. La última, a título póstumo, la “Medalla de Oro Laureada al Mérito y al Sacrificio en el Trabajo concedida al dictador. Hoy me entero por El Correo de Andalucía que desde 2018 está abierta, aunque estancada, una causa para beatificar al “siervo de Dios” Francisco Franco Bahamonde. La puso en marcha una pequeña entidad, Movimiento por España, con dos mujeres al frente ligadas a plataformas de oposición de Franco en Cuelgamuros bajo el genérico eslogan ‘El Valle no se Toca’. La última actuación pública de esta iniciativa religiosa fue repartir 90 ejemplares del libro ‘Francisco Franco, cristiano ejemplar’ a los prelados de la Conferencia Episcopal, algunos de los cuales rechazaron el regalo. Ya va siendo hora de que impere la cordura. Será necesario recordar que el ‘siervo de Dios’ que sigue teniendo estancada la causa de beatificación estuvo  en 1974 a punto de ser excomulgado. En los últimos días de febrero de aquel año, el cardenal Tarancón, tuvo en su poder una carta de excomunión firmada contra todos los ministros de la dictadura; el presidente del Gobierno, Arias Navarro; y el jefe del Estado. La carta debía ser entregada en la misma mano de Franco para que surtiera efecto. Sólo unas tensas reuniones de última hora lo evitaron. La causa fue el intento de expulsión de España del obispo de Bilbao, Antonio Añoveros, por una homilía en la que se ponía de manifiesto la necesidad de que se respetasen los derechos culturales de los vascos. El documento de aquella homilía, «El cristianismo, mensaje de salvación para los pueblos», fue enviado a todas las parroquias de Vizcaya. Por aquellos días varios curas vascos fueron internados en la cárcel concordataria de Zamora. Pero antes de todo ello, durante los años 1968 y 1969  hubo encierros de clérigos en el Obispado de Bilbao y en el Seminario de Derio. El 18 de noviembre de 1968 falleció Pablo Gúrpide. Había sido nombrado obispo de Bilbao el 22 de febrero de 1956.  Al día siguiente de su fallecimiento, José María Cirarda fue nombrado administrador apostólico, a la vez que seguía siendo obispo de Santander. En Vizcaya encontró un clero dividido y una diócesis tensionada. Padeció muchas dificultades por parte del poder político, con el que mantuvo enfrentamientos por defender la autonomía de la Iglesia. También sufrió la incomprensión de distintos sectores del clero. Su sucesor fue Antonio Añoveros, hasta entonces obispo de Cádiz, nombrado el 3 de diciembre de 1971 por un procedimiento excepcional como único candidato para la sede de Bilbao, cuando la vía concordataria exigía tres candidatos, para que Franco eligiera uno. El caso es que el documento de aquella homilía no gustó al Régimen y Añoveros quedó desde el miércoles 27 de febrero bajo arresto domiciliario, también el vicario de Pastoral, José Ángel Ubieta que, por cierto, ya había estado arrestado tres días en 1969 (junto a otros curas) tras el asesinato del taxista Fermín Monasterio, primera víctima mortal de ETA en Vizcaya. Se le acusó sin pruebas de haber facilitado la huida de los terroristas. El obispo Antonio Añoveros, en contra de los deseos de Arias, manifestó que no abandonaría la diócesis de forma voluntaria, y que solo lo haría, si el Gobierno utilizaba la fuerza, o si Pablo VI le pedía que dejara el obispado. Tarancón convocó entonces el Comité Ejecutivo del episcopado, y redactó una nota donde se recordaba la pena de excomunión para aquellos que ‘directa o indirectamente impidiesen la jurisdicción eclesiástica de un obispo’. El Ministerio de Asuntos Exteriores llegó a preparar una nota de ruptura de les relaciones con el Vaticano. Finalmente, todo se solucionó por una intervención de Franco, que no quiso enfrentarse a la Iglesia. 

 

No hay comentarios: