Leo con estupor una
noticia (que más parece un comentario)
aparecida en Vozpópuli y firmada por Luis
Casal, que dice lo siguiente: “Sánchez
exige elecciones en la Comunidad Valenciana mientras se niega a convocar las
generales”. Lo que dijo Sánchez en la cumbre climática de la ONU es que se debe
convocar elecciones en la Comunidad Valenciana en lugar de pactar con Vox. La
dimisión de Mazón ya ha aparecido en
el BOE, con que lo lógico en estos casos es que se elija un nuevo mandatario
regional de inmediato o que los valencianos vayan a las urnas, como parece ser
que demandan. Mazón ha demostrado ser un miserable de mucho cuidado, con poca
empatía y una nula capacidad de mando, Feijóo
no desea que se convoquen nuevas elecciones por miedo a perder el gobierno en
esa Comunidad, y Abascal, que parece
tener la llave maestra en este entuerto, se frota las manos como Pilatos. Les ayudará si el PP cede a
sus pretensiones: freno a la política verde y contención a la inmigración masiva. No hay que olvidar que Mazón
pactó los presupuestos con Ignacio
Garriga después del desastre de la dana a cambio de ponerle nuevas zapatas
a ese par de frenos señalados. El caso del PSOE es distinto. Sánchez, como presidente del Gobierno
de España, puede convocar nuevos comicios cuando lo desee, del mismo modo que
puede intentar terminar la Legislatura aunque carezca de los apoyos de Junts. Cuando se está en manos de la
ultraderecha, como le sucede al gobierno valenciano, hay que tragar sapos y
agachar la cerviz, o sea, permitir políticas machistas, racistas y
recortes en derechos. A Feijóo le va a suceder lo que a los gatos calabaceros,
algo que ya expliqué en mi chat de
hace unos días. Se le está quedando cara de torero de camarín de peinado y aseo. Cualquier día, a
no tardar, se hará una foto junto a un toro de Guisando, mirará como cuentan que miraba Manolete a dos o tres
ancianos que salgan a tomar el sol, y les dirá entre un dulcísimo revolar de sonrosados serafines: “¡Va por ustedes!”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario