viernes, 18 de septiembre de 2009
REINAR DESPUÉS DE MORIR
Ya se conoce que, el próximo día 13 de octubre, Rodríguez Zapatero será recibido por Obama en el Despacho Oval. El desdén de los Estados Unidos hacia España era hasta ahora un rejón clavado en el lomo de Moratinos, la consecuencia acción-reacción por haber permanecido el presidente español sentado al paso de la bandera con las barras y las estrellas en un desfile militar en tiempos de Bush. Supongo que Zapatero no pondrá los pies en la mesa del presidente americano como hizo en su día José María Aznar, quien estos días permanece en Chile apadrinando al candidato Piñera, aspirante de Coalición por el Cambio, que agrupa Renovación Nacional y Unión Democrática Independiente, derecha conservadora y ultraderecha, respectivamente. Aznar ya ha logrado el enfado de toda la Democracia Cristiana y del candidato Eduardo Frei. El osado Aznar, ha dejado colgada en la web de Faes su personal visión, bajo el siguiente titular: “La alternancia en el poder: la experiencia española”, animando a los ciudadanos chilenos a no repetir “políticas infantiles absurdas”, supongo que en clara alusión a Rodríguez Zapatero. Este ex presidente, aupado a gobernar Castilla-León por el ataque despiadado hacia Demetrio Madrid, a quién luego los Tribunales le darían la razón; enaltecido a gobernar España, no por méritos propios, sino por el cansancio que catorce años de poder habían producido en la imagen de Felipe González; glorificado en el Olimpo de los dioses de barro por su adhesión inquebrantable a Bush en las Azores; ennoblecido en Faes para mover desde la sombra los hilos de las marionetas del pim, pam, pum de Madrid y Valencia; sublimado por “Planeta” por la venta de sus libros; glorificado por unas bases que ven en Rajoy, su eterno delfín, al “hijo” más amado, en el que tiene el Partido Popular puestas todas sus complacencias, al menos hasta el próximo Congreso, este Aznar, digo, se acaba de meter en Chile en un jardín de mucho cuidado. Sus injerencias donde nadie le llama, su brazo sobre el hombro de Piñera y su aire triunfal, me recuerdan otros momentos históricos de difícil digestión. Mientras en España se intenta luchar a brazo partido contra la crisis económica, el presidente de la Confederación de Cajas de Ahorros señala que “es necesario adelantar las elecciones” y Juan Luis Cebrián y Pedro Jota ponen cáscaras de plátano al paso de Zapatero. Rajoy no dice nada. Permanece silente a la espera de acontecimientos. Como siempre.
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