lunes, 15 de marzo de 2010

Los nuevos "hombres de bien"

No tengo nada en contra del padre de Mariluz, la pobre niña muerta a manos de un psicópata. Juan José Cortés es un hombre sufriente por los acontecimientos pasados. Nada existe peor para un padre que la pérdida de un hijo. Y en ese punto estaremos todos de acuerdo. Sin embargo, Juan José Cortés se ha convertido de un tiempo a esta parte en un contertulio habitual de las cadenas de radio y televisión. Tras la muerte de su hija, Cortés fue recibido en La Moncloa por Rodríguez Zapatero. No hace mucho tiempo, este pastor evangélico de etnia gitana “coqueteó” con el partido político de Rosa Díez. Ahora parece ser que ha sido fichado por el PP como asesor en temas de Justicia y que ya ha acordado con Rajoy que trabajará con el primer partido de la oposición en la reforma del Código Penal, que ha comenzado a tramitarse en el Congreso de los Diputados. En ese sentido, el portavoz del PSOE en la Comisión de Justicia del Congreso, Julio Villarubia, tachó hoy de "demagógico y electoralista" ese fichaje por el PP, al que los socialistas acusan de "usar el dolor" de un padre "en beneficio propio". Personalmente vería aceptable que el PP le incluyese a Juan José Cortés en los puestos delanteros de sus listas de candidatos a la Cámara Baja en los próximos comicios. Y, en el caso de conseguir escaño, que pudiera formar parte de la Comisión a la que actualmente pertenece Villarubia. Pero nombrar asesor del PP para temas de Justicia a una persona que ni es jurista ni está preparado para tal cometido político, se me antoja como un disparate tremendo. A mi entender, Juan José Cortés hubiese podido ser asesor en temas religiosos, si ustedes quieren, dado su supuesto conocimiento de la Biblia y su habilidad en el manejo de la palabra por su condición de predicador evangélico. Pero tampoco serviría. La Conferencia Episcopal y la COPE se opondrían, por pertenecer Cortés a lo que los obispos y “la voz de su amo” entienden que es una secta. Desde las Cortes de Cádiz hasta la fecha, en España ya han existido suficientes reformas del Código Penal; o sea, la de 1822; la de 1848 y 1850; la de 1870; la de 1928; la de 1932; la de 1944 con texto refundido en 1973 y reformas posteriores; y, finalmente, el de 1995, con doce disposiciones Transitorias, una disposición Final, una disposición Derogatoria y siete disposiciones Finales. Dada mi condición de malpensado en temas políticos, y haciendo buena la sentencia popular de “piensa mal y acertarás”, supongo que el posible fichaje de Rajoy, es decir, el señor Cortés, será un arma de futuro, no en su condición de asesor del PP, sino de custodia de Lugo, o de mujer barbuda, como aquella señora de nombre Julia Pastrana que fue una estrella del circo de su tiempo, hirsuta y de rasgos simiescos, que se exponía en los circos para asombro de los espectadores. En cada mitin preelectoral de Rajoy posiblemente aparecerá en escena Juan José Cortés para pedir cadena perpetua para los asesinos de niñas, para los pederastas irredentos y, ya puestos a pedir, también para los carteristas del metro y para los que no vayan a misa los domingos y fiestas de guardar. Y aquellos que ocupen los asientos de las plazas de toros para escuchar soflamas saldrán por la puerta grande tras los mítines con el voto decidido y en la absoluta confianza de formar parte de una casta de españoles considerados como “hombres de bien”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

no sabia que aznar viera un blog