jueves, 25 de noviembre de 2010
Un recuerdo para Santiago Lorén
Esta pasada madrugada falleció en Zaragoza Santiago Lorén. Ganador de la segunda edición de Premio Planeta con su novela “Una casa con goteras” en 1953. Lorén solía decir a los periodistas que le hacían entrevistas en su época de ginecólogo en Calatayud: “me compré una máquina para la consulta y como me di cuenta que era demasiado grande para hacer recetas, le metí unos folios y salió un libro”. Por los “Cuadernos del Ateneo”, de Zaragoza, en los que se le dedicó un monográfico en edición al cuidado de mi gran amigo, también fallecido, José Luis Aranguren Egozcue, Lorén se explaya, recuerda su vieja “Hispano Olivetti” y el tesón que puso en sacar su primer trabajo literario, “Cuerpos, almas y todo eso”, que no era otra cosa que una parodia de “Cuerpos y almas” de Maxence Van der Meersch. Aquella primera novela no resultó fácil de publicar. “Un día –cuenta Lorén—para mi desesperación me devolvió (refiriéndose a Janés) el foliado original en el que la censura de aquellos tiempos (se refiere a 1951 y la censura férrea ejercida por Arias Salgado, ministro de Información) se había ensañado con cruel animosidad. (…) No me rendí, sin embargo, y hablando con el que era entonces alcalde de Calatayud y procurador en Cortes, me dio una tarjeta de recomendación para un secretario del Ministerio que me permitió introducirme en la covachuela de la censura de la calle Génova…, etcétera”. En resumidas cuentas, tras las pertinentes tachaduras en rojo pudo publicarla medio año más tarde. Lorén señala: “No pasó nada. Quiero decir que no pasó nada en el panorama literario nacional, porque una tirada de tres mil ejemplares distribuidos entre todas las librerías españolas, fueron como una gota de agua en un mar de letra impresa. Sí que pasó, en cambio, en Calatayud. Se enfadó todo el mundo, por no gustarles a unos y por no haber nombrado a otros.” Luego vendría el “Planeta”, “El verdugo cuidadoso”, “Las cuatro vidas del doctor Cucalón”, “Vivos y muertos”, “Diálogos en la enfermería”, “La vieja del molino de aceite”, “Hospital de guerra”, “Memoria parcial”, “Ramón y Cajal”, etcétera. Lorén, hijo de un repostero, había nacido en 1918 en el Belchite viejo, el Belchite destruido por la guerra civil. Fue amigo de mi padre. Ambos coincidieron de médicos en tierras del Jalón durante los años 50. Descanse en paz Santiago Lorén, médico, escritor y, sobre todo, buena persona.
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