viernes, 22 de octubre de 2010

Siento vergüenza ajena

Si ayer comentaba en mi post las indecentes y machistas palabras del alcalde de Valladolid a la cadena Onda Cero referidas a la ministra Leire Pajín, hoy me he quedado desconcertado leyendo otro artículo, en esta ocasión de Javier Pérez Pellón en “República de las Ideas.es”. Pues bien, este para mí despreciable columnista, en su trabajo “A cuántos tocamos”, aparecido hoy en la red, después de avisarnos de que “la señorita Trini muerde”, arremete contra Bibiana Aído de forma contundente: “Pues si señor, que se nos va la ministra del coño, la Bibí Aído, la cartógrafa del clítoris, la Juan de la Cosa de los labios inferiores, la Carter (sic) de los misterios del punto “G”. Lo que no sabemos todavía es hacia donde (sic) nos amenazan sus próximos pasos políticos. A lo mejor recibirá una consistente ayuda financiera, ordenada personalmente por su señorito el Zapa, de algún que otro millón de euros, para que durante cuatro horas al día se dedique a meterse el dedo y logre descubrir, entre la rugosa piel de su interioridad sexual, nuevos elementos para satisfación (sic) del placer humano, sobre todo para el gustazo de las féminas”. Al margen de las faltas de ortografía, que son profusas dentro del texto, Pérez Pellón continúa vomitando bilis sin que nadie le sujete la frente: “Esta tía –refiriéndose nuevamente a Bibiana Aído--, aparte de vaciedad mental y coeficiente intelectual cercano al cero absoluto es de Juzgado de Guardia. El dispendio caprichoso de los bienes del Estado, desde mi punto de vista y la del Código Penal, es un delito. Además ¿qué carajo es eso de “hombre alternativo”? ¿el que se lo ha cortado y le sale la voz de tiple como a las antigüas (sic) voces blancas del angélico coro del Vaticano? ¿el transexual o transgueder (sic) que aún no se ha decidido por el navajazo del bisturí y que luce unas inmensas catalinas, como la inolvidable tabaquera del ‘Amarcord’ de Federico Fellini, sólo que las primeras son de silicona y las de la segunda eran de carne?”. Me niego a seguir comentando el indecente “trabajo” de este sórdido comentarista. Siento vergüenza ajena.

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