martes, 17 de mayo de 2011
Sobre un dibujo de García Lorca
Un dibujo de Federico García Lorca, “Autorretrato en Nueva York”, que salió a la puja en pasado 12 de mayo en la casa Alcalá Subastas, de Madrid, se ha quedado sin comprador. Según leo en ABC, “el dibujo de tinta sobre papel, fechado entre 1929 y 1931, apareció en la primera edición en habla hispana del poemario «Poeta en Nueva York» y desde 1947 formaba parte de la colección familiar del compositor Juan Vicente Lecuna. Se acompañaba en el mismo lote una carta mecanografiada por José Bergamín en 1947 en la que explicaba que Lorca le había entregado el dibujo en 1936. A mi entender, pese a que el precio de salida era abultado (60.000 euros), el Estado debería haberlo adquirido. Por un lado, un dibujo de Federico García Lorca es algo irrepetible, tan irrepetible, pongamos por caso, como el “Libro de los gorriones” de Gustavo Adolfo Bécquer. Y ese libro sí está donde le corresponde. Por otro lado, España, que por fortuna es hoy un Estado democrático y de derecho, tiene una deuda histórica irreparable con el poeta granadino. En el dibujo en cuestión, (y vuelvo a trasladar a mi blog lo que señala ABC al respecto) “aparecen representados los rascacielos de Nueva York que, en lugar de ventanas, presentan números y letras del abecedario y que Mario Hernández, estudioso de la obra de Lorca, relaciona con el poema «Nueva York. Oficina y denuncia». Por su parte, Helen Oppenheimer, experta en obra gráfica del poeta, apunta que las cuatro bestias fantásticas recreadas por el poeta en este dibujo simbolizan la opresión de las minorías de color en Estados Unidos”.
Me causa tristeza comprobar cómo el Gobierno que preside Rodríguez Zapatero, que a lo largo de un dilatado mandato de casi ocho años no tuvo el menor empacho en derrochar el dinero del contribuyente en peregrinas actuaciones que causaron estupor en el común de los mortales, que entregó lo que no está escrito a catalanes, vascos y canarios a cambio de poder seguir teniendo los apoyos necesarios en el Congreso, y que nos mintió con los cuatro millones de dólares entregados a unos piratas somalíes en el rescate del Alakrana. Y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, no quiero que alguno se vaya de rositas, que aquí cuando algo no interese que se ventile, se “clasifica”, como sucede en Estados Unidos con el tema de los ovnis. ¡Joder, luz y taquígrafos! Pues bien, a nadie se le escapa que, la sentencia de la Audiencia Nacional que condenó a 439 años de prisión a los dos piratas somalíes Cabdullahi Cabduwily, alias 'Abdu Willy', y Raageggesey Hassan Aji, asegura "sin duda alguna", que "no ha sido la empresa armadora sino organismos públicos vinculados al Gobierno español quienes han satisfecho la cantidad que se ha abonado por la liberación de los tripulantes y el propio pesquero". El magistrado reclamó en tres oficios datos al Servicio de Información de la Policía, a la Dirección General de la Policía y la Guardia Civil y al CNI. Las contestaciones ofrecidas sólo permitieron averiguar que la empresa armadora del buque atunero "no realizó ningún pago". Los servicios de inteligencia se limitaron a indicar que "no era posible legalmente informar sobre lo solicitado" ya que la cuestión había sido declarada clasificada por el Consejo de Ministros. Pues bien, una vez puestos los puntos sobre las íes en el feo asunto el Alakrana, sobre el que supuestamente se ha mentido de lo lindo, este Gobierno, digo, ha sido cicatero a la hora de pujar por el dibujo de Lorca. La ministra de Cultura, por lo que se desprende de esa vergonzosa falta de interés en la subasta del dibujo de Lorca por falta de puja, está muy ocupada con la Ley Sinde. Tan ocupada, que la Biblioteca Nacional se quedará huérfana de algo que nos pertenece por entero a todos los españoles. La Ley Sinde, en cambio, sólo trata de amparar a la depredadora SGAE. Esa es la diferencia.
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