jueves, 5 de enero de 2012
Difícil papeleta
Que el posible acuerdo para la reforma laboral recomiende contención salarial a los directivos tiene su gracia. La Patronal y los sindicatos se intercambian borradores, sonrisas y buenos deseos. También recomiendan que se incluyan cláusulas que protejan el poder adquisitivo de los trabajadores. Pero congelar los sueldos, subir el IRPF en las nóminas y mantener el poder adquisitivo viene a ser una utopía, algo parecido a pretender mezclar aceite con agua y que salga mayonesa. Contener los precios de los mercados con un Gobierno neoliberal que hipertrofia nuestras necesidades es harto dificultoso. No se puede soplar y sorber a la vez. Esta es una nación donde se cacarea desde los despachos que hay que aumentar la competitividad y la productividad y a un mismo tiempo se detraen recursos para I+D+i. España acabará siendo un país de miniempleados y del sálvese quien pueda. Es mentira que al Gobierno le interese como primera medida contener el paro. La primera medida de Mariano Rajoy, ese nuevo “Sursum corda”, no es otra que intentar contener la deuda. De nada servirá que el voto del miedo expresado en las urnas el pasado día 20 de noviembre ayude al ciudadano a salir del agujero. El voto del miedo obrero cedido a la derecha esperando que resuelva tan difícil ecuación equivale a cambiar la primogenitura por un plato de lentejas, como nos relata la Torá (también el Génesis, 25:30) que hizo Esaú con su hermano Jacob. España perdió soberanía con la última modificación de la Constitución en su artículo 135 (artículo único), “cocinada” por PSOE y PP en la medianoche del 25 de agosto de 2011, es decir, con nocturnidad, alevosía y la ciudadanía de vacaciones. Me refiero al Pacto de Estabilidad y Crecimiento que tuvo como finalidad -al menos, eso dijeron entonces- prevenir la aparición de un déficit presupuestario excesivo en la zona euro, dando así confianza en la estabilidad económica de dicha zona y garantizando una convergencia sostenida y duradera de las economías de los Estados Miembros. Por eso mantengo que al Gobierno le interesa más contener el déficit que crear empleo.Lo primero de todo, ayudar a los bancos en su terrible encrucijada. Y el que se quede sin trabajo, a la cola del INEM y a esperar mejores tiempos,si es que alguna vez llegan.
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