jueves, 19 de enero de 2012

Menos gaitas


No sé si la idea de Botella de poner una calle de Madrid rotulada con el nombre de Manuel Fraga es o no es acertada. En mi blog del pasado 17 de enero, que a la vista está de todo aquel que desee leerlo, venía a decir que el político de Villaba tuvo luces y sombras a lo largo de su trayectoria política. Supongo que agrupar a todo el búnker de este país en torno a una federación de partidos en 1976, como hizo Fraga a su regreso de Londres junto a un grupo de exministros franquistas, y transformar esa agrupación en un partido, Alianza Popular, en 1989, debe servir de reflexión. Aquellos “Siete Magníficos”, así denominados por la prensa de la caverna, que fueron la raíz de aquel partido, aglutinaba a otras siete asociaciones: Reforma Democrática (Fraga Iribarne); Unión del Pueblo Español (Martínez Esteruelas); Acción Democrática Española (Silva Muñoz); Democracia Social (Licinio de la Fuente); Acción Regional (López Rodó); Unión Social Popular (Thomas de Carranza); y, por último, Unión Nacional Española (Fernández de la Mora). Todos ellos habían sido ministros durante la dictadura de Franco. Y no me consta que alguno de ellos se arrepintiese de haberse sentado en los Consejos de Ministros de El Pardo junto al responsable directo de nuestra mayor desgracia histórica. En una entrevista del diario “Ya” a otro fundador de Alianza Popular, José María Velo de Antelo, con motivo del trigésimo aniversario de la Constitución Española, a la pregunta del periodista Rafael Nieto: “¿Qué diferencias y semejanzas hay entre la AP que Vd. contribuyó a fundar, y el PP de hoy?”, Velo respondía: “La semejanza mayor es que no hay democracia interna. Fraga nombraba a sus sucesores y Aznar repitió la operación. Los que están en la tarima no dejan que nadie se suba, y el que molesta no sale en la fotografía. Ahora saben vestir mejor al muñeco, pero de democracia nada. Lo peor es que carece por completo de ideología”. Según leo en la prensa de hoy, siguiendo la estela de Botella, la Comunidad que preside Esperanza Aguirre ha anunciado que ha concedido la Gran Cruz de la Orden del 2 de Mayo (decreto 91/2006, de 2 de noviembre) a título póstumo a Manuel Fraga y ha decidido poner su nombre a un instituto de educación secundaria de Madrid. Por otro lado, Emilio Silva, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, entiende que darle el nombre de una calle a Manuel Fraga "iría contra la ley" de esa Memoria, o sea, contra la Ley 52/2007 de 26 de Diciembre. Subraya Silva que Fraga "nunca se arrepintió de su participación en la dictadura". Personalmente entiendo que aquí sobran queimadas, gaitas gallegas, botafumeiros de plumillas agradecidos y hasta la bandera española sobre el féretro de un fósil. Todos somos españoles y a nuestros parientes difuntos, en su último paseo, sólo les cubre una tapa de pino; es decir, algo absolutamente serio.

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