lunes, 9 de enero de 2012

Ni fu ni FAS


Lo que yo no acierto a comprender es cómo un Gobierno que, como dice FJL en su blog, “está al borde de la quiebra (…) es incapaz de cerrar el infinito despilfarro de las televisiones públicas”. Esa medida, de haberse llevado a cabo en el menor tiempo posible, hubiese ayudado mucho a sacarnos del pozo en el que nos encontramos todos, aunque unos más que otros. Considerar “necesarias” a día de hoy unas televisiones autonómicas como aparato propagandístico no tiene sentido. El Partido Popular cuenta con un matiz azulino que impregna todas las regiones (falta si acaso Andalucía, aunque todo se andará) y no necesita de ninguna de las maneras aparatos propagandísticos cuyos presupuestos asustan a la inteligencia del más pintado. Luis de Guindos (que constata que la economía se deteriora por momentos y que la recesión es inminente) y Cristóbal Montoro (que prevé suprimir 450 organismos públicos, fundaciones y empresas públicas), esos los dos ases de esta siniestra baraja del tarot, deberían considerar que el aumento del IRPF y del IBI no son la cataplasma capaz de restablecer la salud financiera de este país. Habría que preguntarles, por ejemplo, a Eduardo Serra (ministro con González) y a Federico Trillo (ministro con Aznar) de dónde proviene la causa por la que España tenga un escalofriante déficit de 27.000 millones de euros en las FAS, reconocido por el secretario de Estado Constantino Méndez poco antes del traspaso de cartera de Carmen Chacón. Sostiene Méndez que, cuando el PP invirtió en Defensa (según un plan ideado en 1995, todavía con el PSOE en el Gobierno), se hicieron pedidos millonarios “sin cargar los presupuestos del departamento y, por la vía de desviarlo al Ministerio de Industria, disimular el déficit que generaba”. Vamos, la cosa no viene de ayer. Pero Chacón, que ahora pretende convertirse en guía del partido socialista en la “diáspora” desde el interior de sus revueltas tripas, hizo mutis por el foro. Siendo ministra, no consta en memoria alguna -como recuerda “El Confidencial”-, “tampoco cambió el método ni renunció a las compras heredadas de sus anteriores colegas”. Y así todo.

No hay comentarios: