domingo, 6 de junio de 2021

Quod natura non dat...

 


Leo en la prensa que el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ha acusado al Gobierno de España de obcecarse en aumentar las restricciones que tanto daño hacen a la economíaen un momento en el que la evolución epidemiológica y sanitaria -a su criterio- “está a la baja gracias a la vacuna y al esfuerzo de todos”. Me da la sensación de que la derecha está aprovechando la pandemia para desgastar al Gobierno de Sánchez con las excusas más peregrinas. Parece, digo, como si el triunfo arrollador en la Comunidad de Madrid de Isabel Díaz Ayuso hubiese sido el reconstituyente que ha hecho crecer las expectativas de triunfo con mayoría absoluta (según las últimas encuestas), de un  PP presidido por Pablo Casado de llevarse a cabo unos nuevos comicios en España. El triunfo de Díaz Ayuso en Madrid, digo, fue como el vigoroso “Hipofosfitos Salud”, la erina que Casado y Abascal están utilizando en su labor de zapa por tierra, mar y aire. Una de dos: o acatamos los consejos de los virólogos, o nos plegamos ante la “dictadura de los hosteleros” en lo que respecta a una  pandemia y que ya se ha llevado a cien mil españoles por delante. Reconozco que los hosteleros lo han pasado mal por el lucro cesante. Pero no son las únicas “víctimas”. Recuerden cuando había que salvar las Navidades y aumentaron los casos de pandemia de forma exponencial. “Salvar el verano”, ahora, me recuerda aquel viejo eslogan de 1973  “Papá, ven en tren”. Con aquel viejo eslogan se pretendía disminuir el déficit económico de RENFE poniendo como pretexto la gran cantidad de muertos que se producían en las infames carreteras sin desdoblar cada fin de semana. Pero aquel abultado déficit  ferroviario tenía otras causas bien distintas. Fernández Mañueco podría, incluso, colocar carteles en todas las tabernas de los pueblos de Castilla y León, con el eslogan “Entra en el bar, saldrás vivo” para animar a los ciudadanos a que consuman mientras el cuerpo aguante y que lo que aconsejan los virólogos son pamplinas para asustar a sietemesinos. No pasa nada.  Si aumentan los ratios de enfermos y muertos por coronavirus la culpa será de Sánchez, por su carencia de pragmatismo. Fernández Mañueco me recuerda aquel cuento que tenía como protagonista a un mal pintor  al que, cuando alguien le preguntaba qué estaba esbozando, se limitaba a decir: “No sé si será niño o niña, pero, mira, si sale con barbas, san Antón, y si no, la Purísima Concepción. El sucesor de Juan Vicente Herrera, salmantino de nación, debería ser consciente de sus limitaciones. Quod natura non dat, Salmantica non præstat”.

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