domingo, 13 de junio de 2021

Umbelas, tintinábulos y guardias con salacot

 


La prensa aragonesa se hace eco de la proclamación como basílica menor de la bilbilitana Colegiata del Santo Sepulcro, única existente en la Diócesis de Tarazona, y que a partir de ahora podrá lucir y hacer uso de los atributos basilicales del umbráculo y el tintinábulo. El umbráculo es una especie de sombrilla de color rojo y amarillo (colores del Senado romano) que sólo se abre para recibir al Sumo Pontífice a modo de paraguas.  Es, por decirlo de alguna marera, como aquellas sombrillas a rayas azules y blancas de las playas de Zarauz o de Fuenterrabía, o aquellas otras instaladas sobre un templete donde  un guardia, con chaquetilla, correaje y casco blanco a modo de salacot, dirigía la circulación a base de mover los brazos y hacer sonar un estridente silbato. El tintinábulo es un pequeño campanario portátil que tuvo un origen procesional sirviendo como reclamo. Ambos atributos se suelen colocar en el altar mayor de las basílicas menores como signo de dignidad papal y son portados a la cabeza del clero en los actos procesionales. Curiosamente, el tintinábulo, en las procesiones de la Semana Santa zamorana, se personificaba en el personaje de Barandales; que iba, no sé ahora, delante de las procesiones vestido con un largo camisón del color de la cofradía que representaba, haciendo sonar dos esquilas atadas a sus muñecas. Se hizo famosa la figura de Barandales representada por Alberto Villacorta Rubio, fallecido en 2011.  En la actualidad posee una escultura en Zamora realizada en  1994 por Ricardo Flecha Barrio, que cuenta en su haber con otras esculturas curiosas como la realizada por él representando a un penitente berciano en mármol yugoslavo, o la imagen de un personaje popular como es el pagano Zangarrón de Sanzoles.  Para quien lo desconozca, el Zangarrón madruga en Sanzoles, donde ya en la noche de Navidad comienza su función con el “baile del Niño” después de la misa y la petición del aguinaldo casa por casa. En esa celebración el quinto elegido como Zangarrón se viste a las seis de la mañana con el traje, llevando atados a la cintura tres cencerros, y a uno de los costados una bandolera, mientras porta una máscara de cuero negro con la nariz roja y las cejas blancas, y cubre la cabeza con un penacho de cintas de colores que cuelga por la espalda. Corriendo, sale a la calle para despertar a sus vecinos. Al amanecer la comitiva al completo recorre el pueblo y bailan de nuevo 'el Niño' mientras que el Zangarrón, golpea con una fusta a los mozos que se encuentra a su paso entre las filas de la procesión. Existen otros personajes famosos zamoranos: la Filandorra, equipada de siete cencerros, el Diablo, la Madama, con dos castañuelas,  el Galán, con aspecto de sarasa, el Tafarrón, los Carochos… Por cierto, el umbráculo (también llamado umbela y conopeo) y el tintinábulo, son símbolos que, aunque se siguen usando, no forman parte  de la liturgia, de la misma manera que aquellos curiosos guardias de tráfico fueron sustituidos por semáforos y rotondas.

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