jueves, 5 de enero de 2023

Se acabó el turrón

 


Bueno, pues parece que eso de la Navidad se acaba y ya solo quedan pendientes los regalos de los Reyes Magos y la compra del roscón. A partir del día 9 las aguas volverán a su cauce, se habrá enterrado a Ratzinger, se pagarán las luces de las calles y la cuesta de enero se hará más costosa de pedalear. El rey emérito Juan Carlos cumple 85 años fuera de España y Carpanta, 75. El primero, sueña con volver a España. ¿Quién se lo impide? El segundo, con comerse un pollo asado. Yo, que siempre fui más “carpantista” que “juancarlista”, reconozco que a día de hoy vuelve a ser un lujo poder comer carne para muchos ciudadanos que apenas llegan a fin de mes con su exiguo salario. La Monarquía para ellos, también para mí, es como simple polvillo de mariposa, algo tal alejado del común de los mortales como el imperio austro-húngaro de Francisco José y de unas acarameladas películas de Sissi emperatriz, bulímica, vigoréxica, depresiva, melancólica, de extravagantes manías y que vibraba a ritmo de vals. Isabel de Baviera sentía más cariño hacia su perro Houseguard que el que sentía por su marido, que reinó casi 68 años. Se acabó el turrón de Jijona y la vida vuelve a la normalidad sin que podamos desprendernos del todo del olor a naftalina.  

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