domingo, 23 de noviembre de 2025

Ramón, de apellido Pérez

 

Ahora, cuando nos enteramos que la clínica dental donde murió una niña de seis años en Valencia no tenía autorización para anestesiar con  sedación intravenosa (y a cuyos familiares doy mi más sentido pésame y un fuerte abrazo), leo en El Debate que un concurso para familias de 'Institutos Odontológicos', bajo el lema “Ponle nombre al Ratoncito Pérez”, busca el nombre de pila de Ratoncito Pérez, ese personaje de cuento burgués que ideó Luis Coloma con motivo del primer diente de leche que se le cayó Alfonso XIII en 1891 y publicó al año siguiente, a fin de  “acercar la salud bucodental a los niños a través del juego y la diversión y convertir la visita al dentista en una experiencia agradable y positiva”. El premio al ganador, por sorteo, consistirá en un viaje a 'Disneyland París'. El ratón del cuento vivía en una caja de ‘galletas Huntley’ en una casa de la calle Arenal, número 8, donde está y continúa estando la ‘Confitería Prast ‘y donde hoy existe un museo en el que se recrea todo un mundo infantil, con pequeñas habitaciones como si se tratase de una casa de muñecas y donde se organizan cuentacuentos y talleres con recortables. Existe una leyenda donde se señala que bajo esa casa madrileña existe un pasadizo que conecta directamente con la caja fuerte del Banco de España, donde Ratoncito Pérez, acompañado del rey Buby I (apodo germánico de aquel pequeño rey asustadizo, como lo demostró también en 1931) recoge monedas que luego pone de forma dosificada bajo la almohada de los niños a los que se les ha caído una pieza dental. En la cultura nórdica existe otro personaje similar: el Hada de los Dientes, provisto de alas y varita mágica. El manuscrito original de Coloma, de trece páginas, lo conservó Alfonso XIII durante muchos años en sus habitaciones privadas y actualmente se custodia en la cámara de seguridad de la Biblioteca del Palacio Real de Madrid. La primera edición ilustrada de ese libro se publicó en 1911 con ilustraciones de Pedreró, y cuatro años más tarde hubo una versión inglesa traducida por Ada Margarette Moreton con ilustraciones de George Howard. Como decía, fue en 1902 cuando se publicó el primer cuento del Ratón Pérez en un libro que contenía ocho relatos bajo el título de Nuevas Lecturas’. En el año 1911, se publicó -como también decía- una edición separada dedicada al entonces príncipe de Asturias Alfonso de Borbón y Battenberg, hijo de Alfonso XIII y que no fue coronado. Desde hace años, una puerta liliputiense se encuentra en la parte inferior de unos de los accesos a la estación de metro ‘Banco’,  junto al Cuartel General del Ejército, hecha por un ciudadano anónimo, y que años después fue vandalizada. Sin embargo, la empresa pública ‘Metropolitano de Madrid’ informó en julio de 2021 que la pequeña puerta ya estaba reparada, para alegría de los niños. Pero no deseo terminar sin proponer como Ramón,  nombre de pila elegante, que desearía para Ratón Pérez, de apellido vulgar y escasa genealogía. No sabría decirles por qué. Es solo una ocurrencia.

 

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