martes, 18 de agosto de 2009

MIEDO, O EL CULEBRÓN DEL VERANO

Lo sucedido en el viaje Zaragoza-Madrid de una línea de autobuses regulares, demuestra cómo anda el aceite de nuestro candil. Los españoles, capaces de copiar todo aquello que llega desde los Estados Unidos de Norteamérica, incluso lo que tiene de hortera, hemos copiado también el miedo. Y, cuando el temor a todo lo que se mueve se implanta en la sociedad, estamos copados. Tenemos miedo a perder el empleo, miedo a caer enfermos por la gripe porcina, miedo a salir de casa a determinadas horas, miedo al “qué dirán”, miedo a separarnos del rebaño, miedo a los inmigrantes sin papeles, miedo a que nos engañen en los comercios, miedo a los actos desaforados de nuestros alcaldes y ediles, miedo a los compañeros de trabajo que se dedican a trasladar cuentos a los jefes, miedo a que nuestros hijos lleguen tarde a casa los fines de semana, miedo a volar con determinadas compañías aéreas, miedo a la carretera, miedo a las subjetivas decisiones de los tribunales de justicia, miedo a que nos pueda dejar malheridos un paquete-bomba, miedo a pasar un fin de semana en San Sebastián, miedo a que se nos pase por olvido el pago de un recibo de El Ocaso y no nos entierren con las pompas de rigor, miedo a morir sin haber confesado los pecados del mundo y de la carne, miedo a las penas del infierno, miedo a hacer el ridículo, miedo a lo que pueda venir cuando se muera Franco...
--Pero, oiga, que Franco ya estiró la pata y aquí no ha pasado nada.
--Pasará, pasará... ¡Ay, ya lo creo que pasará! ¿Acaso no se da usted cuenta de lo que está ocurriendo con el clima? Eso sólo es un botón de muestra. Espere a que el Papa desprecinte el sobre lacrado que contiene el tercer secreto de Fátima. Ya me contará lo que acontecerá en este país cuando a Mariano Rajoy lo descabalguen en el próximo congreso de su partido, cuando quiten los crucifijos de las escuelas y cuando nombren a Jiménez Losantos director de El País.
--Hombre, no sé...

1 comentario:

rosa maría artal dijo...

Encantada de conocerte. Casualmente acabo de escribir algo en esa línea. Ánimo que entre todos igual cambiamos algo.