miércoles, 24 de febrero de 2010

Todo por la pasta

Neira acepta que Puerta pueda salir de la cárcel. Vamos a ver: de ninguna de las maneras puedo aceptar que un hombre pegue a una mujer. Entendí como un acto de gallardía que Neira saliera en defensa de la señora Santander. He visto una y otra vez el vídeo y, si les digo lo que pienso, no acabo de entender cómo pudo estar Neira al borde de la muerte por el ataque de Puerta. ¿No pudo Neira ser objeto de una negligencia hospitalaria? ¿No pudo Neira llevar solapada otra enfermedad? En cualquier caso, unos y otros, Neira, Puerta y Santander se sentarán en el banquillo, uno como agredido, otro como agresor y la señora Santander como presunta víctima del atropello. Puerta, supongo, recibirá a partir de ahora ofertas millonarias para que cuente en las televisiones vida y milagros; la señora Santander y parte de su familia ya ha salido una y otra vez ante las cámaras; y, también, Neira. Este señor, Neira, aprovecha el programa “El gato al agua”, en Intereconomía, para poner de vuelta y media al Gobierno de España, como también lo hacen Mario Conde, Federico Quevedo, Enrique de Diego, Juan Viladrich y un rabo de tipos de distinto jaez que ponen sobre la mesa cada noche argumentos rancios en torno a una copa de vino que casi nunca acaban; y que, en su conjunto, componen un corifeo al mando de Antonio Jiménez. Neira, además de con Puerta, está enfadado con el mundo. No con el del señor de los tirantes, que lo adoran como si fuera la Biblia, sino con el otro, donde habitamos. En fin, el último que apague la luz.

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