Está claro que el Gobierno que preside Rodríguez Zapatero necesita alianzas de civilizaciones además de alianzas de partidos. La fina sensibilidad demostrada por el jefe del Ejecutivo ya le sale por los poros de la piel. A España llegaron este verano unos disidentes cubanos excarcelados. Pero esos disidentes, a los que Zetapé se niega a reconocer como refugiados políticos para no molestar ni a Fidel ni a Raúl Castro, se pasaban el día quejándose de que se les había hospedado en el hostal “La Princesa” de un polígono industrial de Móstoles, que costaba al Erario Público 13’90 euros por cabeza y noche. La visita que días más tarde hicieron dichos disidentes a José María Aznar sirvió para que, achuchados por el ex presidente, aumentaran su malestar hacia España, hacia Moratinos y hacia todo lo que se mueve a este lado del Atlántico. Y el sensible Zetapé tomó la debida nota de ese fastidio cubano y ordenó que se pusiese más sonido de marimba a esa nana que dice: "dórmite mi nengre/ mi nengre bonito/ diente de merengue/ bemba de caimito”.
Ayer pisaban tierra en Barajas otros tres disidentes cubanos excarcelados. Y siguiendo los deseos de Zetapé, este nuevo Fray Escoba de la ceja que aborrece los hostales baratos, las pensiones del peine y el crujido negro de caracolas marinas del baúl de la Piquer, el buen samaritano Moratinos, consciente de que llegó el comandante y mandó a parar, les ha hospedado desde anoche en un magnífico hotel vallecano de tres estrellas, con restaurante a la carta, wifi gratis, peluquería, 500 metros cuadrados de jardines y un spa especializado en tratamientos de salud y belleza. Y así están las cosas. Ignoro si está previsto que dentro de unos días los “tres de Castilla” puedan ser recibidos por Aznar. Si así sucede y el de FAES les vuelve a achuchar con la maestría de un pastor de ovejas, seguro que los siguientes disidentes, que ya tienen un pie en la escalerilla del avión, se instalarán en el Hotel Palace.
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