jueves, 12 de agosto de 2010
Los cambios de Cañizares
Ahora resulta que Antonio Cañizares, prefecto de la congregación para el Culto Divino, quiere que los niños comulguen antes de los siete años. Recuerdo que a mí siempre me contaron que el uso de razón en las personas comenzaba a partir de esa edad. En fin, sus razones tendrá el prefecto Cañizares para pretender que se adopte ese criterio. Lo que ya no sabemos es si tales niños comulgantes, los comulgandos, (perdonen la palabreja no contemplada todavía por la RAE) se acercarán “el día más feliz de su vida” al altar con guardarropía de Cornejo; es decir, de marinerito blanco, de almirante Cervera y con más entorchados que un portero de hotel, de agustino recoleto, o de infanzón de Castilla; o si, por el contrario, podrán envolverse con sus ropas habituales, esas de los anuncios del Cortinglés, de pantalones anchos y tiro caído, camiseta donde está estampado el negro toro de Osborne y zapatillas de loneta. Otros optarán, supongo, por llevar “la roja”, siguiendo los deseos de su progenitor, muy forofo del fútbol. Ahora viene otra cuestión. Yo me pregunto, ¿y esos tres años previos que tienen que hacer de catecismo los niños antes de recibir el sacramento, se reducirán? ¿Pasarán de ser licenciados en el Astete a diplomados en el Ripalda? El prefecto Cañizares tiene la palabra. Pero, ¿y en el restaurante? ¿Les pondrán a los niños un buen lechazo al estilo de Aranda de Duero, o les abrirán la boca sus madres para meterles un “potito Bledine”? ¿Y qué me dicen de los regalos? ¿Pasarán de la “Playstation”, regalo habitual del padrino, al sonajero? ¿Y si se ahogan al intentar tragar la hostia? ¿Las harán del tamaño de los “conguitos”? El prefecto Cañizares supongo que sabrá que una cosa es el "fiat volutas tua" existente en su escudo y otra muy distinta el ¡fíate de la Virgen y no corras…!
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