lunes, 9 de agosto de 2010
Un español en la diáspora
Repasando los periódicos del día, observo que no ha trascendido suficientemente en la prensa conservadora la reciente muerte en Cuernavaca de Juan Marichal, el hombre que más hizo por recuperar la memoria de Manuel Azaña. Personalmente solía leer sus numerosos trabajos, todos de enorme calado, en “Historia 16”, la revista que durante mucho tiempo adquiría semanalmente. Repasar su fructífera vida en este modesto blog no está en mi ánimo. Cualquier ávido lector puede pasearse por su dilatada vida con sólo entrar en las páginas de internet. Marichal conoció a fondo los adentros de ese Manuel Azaña casi desconocido para muchos españoles: su unión en 1905 a la redacción del semanario satírico alcalaíno “La avispa”, publicado por su amigo Antonio Fernández Quer; su etapa de funcionario en la Dirección General de los Registros y del Notariado del Ministerio de Justicia por oposición ganada en 1909; sus recuerdos de los agustinos de El Escorial, su fijación sobre los Comuneros de Castilla, su época como presidente del Ateneo de Madrid, etcétera. Nos ha dejado el discípulo de Américo Castro. El autor de “La vocación de Manuel Azaña” (1968) era en la actualidad viudo de la hija de Pedro Salinas, Solita Salinas, fallecida en noviembre de 2007. Descanse en paz.
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