Como bien señala Daniel Martín en
la prensa digital, “de todas las muchas cosas que hay que reformar en España,
lo de la Monarquía
es lo menos urgente (…) si prescindiésemos de los Borbones deberíamos elegir un
presidente de la
República. Y ahí también sigue ganando el viejo modelo,
porque no me apetece demasiado un país con Rajoy o Zapatero de jefes del
Estado, y mucho menos una dinastía aznarí". El reinado de Juan Carlos I ha
durado casi cuarenta años, curiosamente el mismo tiempo que duró el de
Francisco Franco, que le aupó al Trono. Durante ese largo periodo ha habido
luces y sombras. Las luces se describen ahora como si el Rey hubiese muerto y
fuese necesario hacerle un elogio funeral. Las sombras fueron en gran parte
tapadas por un raro acuerdo tácito entre profesionales de la
prensa. Y así fue hasta el maldito día en el que el Rey pretendió cazar
elefantes y se rompió la cadera. Entonces se oreó el asunto de la falsa
princesa y todo se le vino abajo. El próximo 18 de junio, que no de julio, será
coronado Rey de España Felipe de Borbón. Será Felipe VI de España y V de Aragón
aunque, a mi entender, el primer Felipe sólo fue rey de Castilla. Esperemos que
su reinado sea, si cabe, mejor que el de su augusto padre.
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